sábado, 24 de octubre de 2009

Mirar más por uno mismo...

Hace muchos años por primera vez abrimos nuestros ojos. Miramos a nuestro alrededor y vimos lo que más adelante llamaríamos mundo. Ese mundo no era fácil precisamente. Hacía frío, calor, hambre, sueño... y eso nos daba miedo. Estábamos desnudos frente a ese habitat desconocido para nosotros. Que nos provocaba todas esas cosas que no podíamos diferenciar, ni siquiera nombrar, y que sólo sabíamos que no eran precisamente agradables.

De eso no nos acordamos, porque apenas teníamos conciencia de nosotros mismos. Tan sólo podíamos llorar para expresar nuestros sentimientos si no nos sentíamos agusto. No sabíamos qué hacíamos allí. No vivíamos en una realidad, sino que la realidad era nuestra vivencia, nuestro mundo... nuestro todo.

Y solos ante ese mundo desconocido... ¿Qué hicimos? Salir adelante. Poco a poco fuimos creciendo. Venciendo nuestros miedos. Haciéndonos más fuertes. Corríamos por el parque sintiéndonos libres, y cuando nos caíamos... nos levantábamos, nos limpiábamos la tierra de nuestros pantalones y seguíamos corriendo de nuevo.

Pero llegó una etapa en nuestra vida en la que queríamos algo más. Y empezamos a sentir la necesidad de no estar solos. Y para no estar solos teníamos que agradar. Teníamos que hacer que nos quisieran, porque si no nos querían significaba que éramos menos de lo que realmente éramos. Aquí fue donde dejamos de mirar por nosotros mismos. Empezamos a dejar de pensar en nuestros deseos, nuestros sueños, nuestras ganas... para empezar a satisfacer los de los demás, con el fin de que nos quisieran y sentirnos considerados.

Y sin quererlo, nos fuimos olvidando de nosotros. De aquél que un día abrió los ojos y se vio solo y en pelotas en un mundo desconocido que veía por primera vez y que no acertaba a comprender qué coño era eso. De ese que poco a poco fue liberándose de sus miedos y subiendo los peldaños uno tras otro sin mirar atrás. Y olvidándonos de nuestra esencia, de nuestro valor... empezamos a tratar de agradar a otros reprimiendo nuestros deseos dependiendo en gran medida de la aceptación de terceras personas.

Muchos años después, al enamorarnos, buscábamos como el mismo aire que respirábamos la aprobación, aceptación y valoración positiva de esa persona de tan vital importancia para nosotros. Nos sentíamos bien. Tranquilos. Seguros de tener a una persona a nuestro lado que nos consideraba para bien. Y cuando esa persona se va de nuestro lado... nos sentimos solos, desnudos, con miedo, y lloramos... ¿Te suena de algo? Saliste adelante entonces, ¿Por qué no ahora?

Sin esa persona el aire va a seguir entrando y saliendo de tus pulmones. La sangre va a seguir saliendo de tu corazón dirigida al resto de tu cuerpo. Cuando esa persona que estaba a nuestro lado se va, tendemos a dirigir los 5 sentidos hacia ella y dejamos de mirar por nosotros. Todos estamos preparados para perder cualquier cosa... lo que no podemos hacer es olvidarnos de nosotros mismos.

¿Acaso no te acuerdas cuando fuiste a aquél examen que creías que no aprobabas ni de coña y sí aprobaste? ¿Y cuando llorabas en aquél Hospital? ¿Y cuando te ligaste a aquella persona que jamás creías que lo harías? ¿Y cuando ibas por la calle y te fueron a atracar? ¿Quién estaba ahí apoyándote en cada segundo viviendo eso contigo? ¡TÚ MISMO!

Cuando tengas un problema que creas que no puedes solucionar. Cuando te sientas solo de nuevo... piensa cuando eras peque, que te caías... te sacudías la arena y seguías corriendo. En la vida no importa las veces que te caes, sino las veces que eres capaz de levantarte. Si nos queremos, nos respetamos, si miramos más por nosotros, si nos ponemos siempre en primer lugar, si nos admiramos a nosotros mismos como el que más y tenemos en cuenta de todo lo que hemos hecho solos... tendremos siempre un as bajo la manga y una sonrisa guardada en nuestro bolsillo. Mira más por ti. A fin de cuentas, con la única persona con quien estarás hasta el día de tu muerte serás tú mismo.

lunes, 12 de octubre de 2009

85 cosas que ya he hecho - Y que no debería volver a hacer -

  1. cagarme encima
  2. asustar a un viejo saliendo de una caja
  3. salir corriendo de la muchedumbre que me perseguía para pegarme
  4. salir en los periódicos de la provincia por quemar 20 contenedores de basura
  5. volver a casa a las 6 de la mañana abrazado a mi amigo porque hacía mucho frío
  6. disfrazarme de mujer y enseñar el culo a todo un camping cuando me agachaba
  7. bañarme desnudo en una piscina privada a las 4 de la mañana
  8. correr delante de la policía en Salamanca por hacer botellón
  9. casi morirme en Roma a los 40 minutos de llegar a la ciudad
  10. gritar: JOSUAAAAAAAAAAAAA!! por la ventana de mi piso en Roma a la 1 de la mañana



  11. que se me escape un cuesco mientras echaba un polvete
  12. ver sonrojado como ella se reía durante 5 minutos sin parar
  13. mearme en la puerta de un ascensor
  14. llamar a un timbre y salir corriendo
  15. tirar 8 petardos en el rellano de un bloque de 14 pisos
  16. alquilar una porno con mis amigos con 16 años
  17. que los padres de uno de mis amigos nos pillaran la peli
  18. hacer el cojo y caerme en un paso de peatones a las 5 de la mañana
  19. que la dueña de un hostal entrara en mi habitación y me pillara desnudo en la cama
  20. aguantar 3 horas a que mi amigo vomitara todo lo que tenía que vomitar
  21. presenciar como el ligue de una noche se comía la guantera del coche de mi amigo después de un frenazo
  22. aguantandome la risa, ver como se iba corriendo a casa con su mano en la nariz
  23. dormir en una habitación con 9 personas y escuchar jadeos de fondo
  24. lavarme los dientes en el baño de un albergue y escuchar el ruido de un mojón cayendo contra el agua
  25. muerto de risa, esperar a ver quién era el que estaba cagando
  26. tener una erección en medio de una clase
  27. esperar a un profesor que no estaba en su despacho, y ver a los 15 minutos que sale de dentro con una alumna un poco despeinada
  28. despertarme borracho a las 7 de la mañana en un albergue y ver que en la cama de al lado hay una tía encima de un tío haciendo el amor
  29. entrar al baño varias horas después y verla sentada en el water cagando
  30. estar en clase e irme a mi casa porque se me ha subido un huevo y me duele mucho
  31. hablar por teléfono durante 5 horas seguidas
  32. dormir 12 horas en 7 días de fiesta
  33. disfrazarme de Bisbal y cantar el Ave María delante de 40 personas
  34. decir que no quería salir con la niña que más me gustaba en clase
  35. volverle a decir que no a la amiga que venía a insistirme
  36. arrepentirme durante 2 años
  37. cantar el: "Niñaaaaa, dulce niñaaaaaaaa" en un avión al cantante de Los Caños que estaba sentado delante mía
  38. vivir en primer persona un casi-accidente de coche
  39. reirme 5 segundos después de que casi me muero
  40. pisar una mierda descalzo
  41. dormirme borracho en medio de una plaza en Salamanca
  42. tener casi un infarto por copiar en un examen
  43. presenciar una discusión entre dos amigos y ver como uno de ellos la termina con un peo en la cara del otro
  44. reirme aun de aquello 7 años después
  45. presenciar una mamada en medio de la orilla en una barbacoa en la playa
  46. querer hacerme una foto con Luis Filipe y que me diga que no
  47. irme mientras le decía: "Filipe, me cago en tu puta madre!!"
  48. ligarme a dos alemanas con mi amigo, para decirles 30 minutos después que no podíamos quedar con ellas
  49. ver como mi amigo se cepillaba los dientes en medio de una clase de la facultad
  50. dibujar detrás de la pantalla del proyector una polla gigante y un título que decía: TE HA TOCAO PICHA!
  51. activar desde casa el arrancado y apagado de un coche, y ver como un hombre que había al lado salía corriendo asustado
  52. tirar desde la ventana de mi casa un globo grande lleno de agua y ver como abollaba el capó de un coche
  53. fumarme un porro y que me tenga que desvestir/acostar una amiga porque yo no podía solo
  54. destrozarle el cristal del baño a mi colega una noche de fiesta en Sevilla
  55. casi caerme por la ventana al hacerme una foto aquella noche
  56. llegar a mi casa a las 4 de la tarde y seguir borracho de la fiesta en Sevilla
  57. casi atropellar a una vieja en el examen práctico del carnet de conducir
  58. romper una maceta con la cabeza
  59. contar un chiste mientras me operaban en el Hospital
  60. levantarme de la camilla y enseñarle el culo a todas las enfermeras
  61. decirle a una polaca, que yo creía que no sabía español, que le iba a comer to lo negro y decirme ella: "Te he entendido"
  62. ver como mi amigo casi se atraganta de risa al presenciar eso
  63. ver como mi amigo casi se mata al saltar desde una altura de 6 metros
  64. recibir un guantazo por tocarle el culo a una chica en la cola del jaguar en Isla Mágica
  65. que mi amigo me quite el examen de Física mientras lo hacía para copiar él
  66. quedarme tirado con el coche echando humo en una rotonda de Málaga a las 2 de la mañana
  67. ver como mi amigo frotaba su miembro en la almohada de una chica en su casa
  68. viajar hasta Barcelona por amor y descubrir que ella tenía novio
  69. quedarme encerrado durante dos horas en una habitación en Ibiza, completamente solo y orinándome
  70. dormir con un amigo en la misma cama y notar a media noche "algo" rozándome en la espalda
  71. no dormir aquella noche por la incomodidad de lo que noté
  72. ver como a la mañana siguiente lo primero que me dijo fue: "Joé, me he pasao to la noche empalmao!!"
  73. asomarme a un precipicio de 50 metros para hacerme una foto
  74. hacerme pasar por apoderao de un torero para impresionar a una guiri
  75. ver como mi amigo potaba una cerveza en un garito de 10 metros cuadraos
  76. pasar por al lado de un cementerio y que mi amigo me dijera susurrándome: "Aquí huele a muerto"
  77. llamar a una chica de contactos de un periódico y que se pusiera un hombre que se llamaba Manolo y que era trabajador del campo
  78. estar con una chica en el salón del piso, presuntamente vacío, de un amigo y ver como en medio de... aparecía un chaval saliendo de la cocina con una manzana en la mano diciendo: "Uy, perdón"
  79. jugar a las tinieblas y ver como el que se la quedaba se clavaba el pico de una mesa en los huevos
  80. empezar a ver una final de tenis almorzando y terminarla cenando. INCREÍBLE!
  81. que una prima mía me pillara mirándole el escote
  82. bañarme con un amigo mio porque no teníamos tiempo de ducharnos separados
  83. vomitar de mentira en medio de Portugal mientras todos miraban sorprendidos
  84. comerme entera una cena "especial" que me hicieron y no me gustaba una mierda
  85. recibir un beso de Manuel Carrasco en un concierto
Decir que de las 85 cosas, 3 no son verdad. O mejor dicho, no me pasaron a mi. Lo hago para librarme de según qué críticas. Ale! a ver quien adivina las que no son verdad...

martes, 6 de octubre de 2009

Menudo viaje de autobús...

"¡Coño! ¡Que no llego a clase!", me dije saliendo de mi casa corriendo. Como siempre, llego tarde a todos lados. Ahí que me voy para la parada de autobús del número 2 (autobús gaditano que se recorre todo Cádiz, de ahí sale el chiste de: das más vueltas que el 2). La parada vacía. "¡Joé! ya se me acaba de ir..." pensé, pero no... ahí al fondo venía hacia mi un autobús del número 2. En ese momento podría haber repetido la frase mítica del amnésico del cuarteto del Morera: "Ayy que alegríaaaaaaaaa!!". Me pongo la carpeta en una mano. La cartera, recién sacada, en la otra. Y ahí que pasó el autobús por delante mía... sin parar sí, sin parar... y yo con la cara de tonto mirando como se iba. Me surgieron varias preguntas en ese momento...

1. ¿Me habré vuelto invisible?
2. ¿El conductor era un gran hijo de puta?
3. ¿Me habrá visto alguien haciendo semejante ridículo?
4. ¿Por qué la M se pronuncia "eme" y la P "pe"?

Con más mala cara que Falete encima de una báscula me dispuse a esperar al siguiente autobús, que no sé por qué, me daba a mi que iba a tardar. Efestiviwonder. 15 minutazos de reloj (que no sé por qué se dice de reloj, ¿Acaso hay un minuto de otra cosa?). Sumando al retraso que ya llevaba... llegaba tarde fijo. Subo al autobús y de las preguntas que me hice antes obtuve respuesta a la primera. Le dije "Hola" al conductor y pasó completamente de mi. Como el que oía llover. Nada, hoy era invisible. Qué le vamos a hacer...

Cogí un asiento delante. "Por lo menos voy sentao" me decía a mi mismo. No había más sitios libres. En la siguiente parada se sube una señora, que se puso delante mía mirandome con cara de... déjame el asiento picha. Yo usé la gran técnica que hay que usar en estos casos... mirar el móvil... aunque sólo estuviera mirando si tenía el bluetooth activado, lo miraba como si fuera el mensaje más importante del mundo. La señora enseguida dijo en alto: "Hay que ver... que no hay modales!". "Lo que no hay es sitio señora" le dije. Yo sólo dejo el asiento a quien pone en los cartelitos que hay que dejárselo. Un minusválido, una embarazada o una anciana.

Parece que hoy era la tarde de las pruebas. En la siguiente parada entraba una coja. "Siéntese señora coja, siéntese...". La mujer agradecida se sentó. Detrás de ella una embarazada. La coja se levantó y le dejó el asiento a la embarazada. Detrás de la embarazada una anciana con más años que la puerta de una biblioteca. "Joe picha..." no podía creer lo que estaba viendo. Esto parecía el juego de la silla. Y cuando finalmente se sentó la anciana, y parecía que se iba a quedar sentada... llegó alguien que venció a las 3 anteriores. Sí amigos... una anciana coja y embarazada. A tomar por culo.

Yo estaba de pie, agarrado al palo ese vertical que hay. El autobús ni que decir tiene que iba lleno hasta la bandera. A mi lado una muchachita. A mitad de viaje, noto que en la mano a la que estoy agarrado al palo la empujan. Sí... algo estaba tocando mi mano con bastante fuerza. Pensé que con lo lleno que iba el autobús sería, pues no se, la espalda de alguien... la barriga... pues no. Era la teta de la muchachita. Sí amigos, sí... de la cantidad de gente que había, la muchacha tuvo que apretarse contra el palo, dejando mi mano arrinconada contra el mismo por su teta. Yo la verdad que entre que la chiquilla era mona, que tenía un pecho bonito y que aquella situación tampoco es que me disgustara precisamente, dejé mi mano ahí. Es tontería. Incluso esa misma situación se repitió un par de veces más en todo el viaje. Yo encantao, desde luego.

Me bajé en mi parada medio atontao. No por la teta de la chiquilla (que también) sino por la peste a mierda-pota que hacía dentro del autobús. Y es que dentro iba un bebé que se tenía que haber cagao o potao encima porque esa peste no era normal. Y me acordé que llegaba tarde... así que me di prisa para entrar a clase. Llegué 10 minutos tarde, pero... !Que me quiten lo refregao! !Qué coño!

sábado, 3 de octubre de 2009

Sacarse el carnet de conducir

Muchos hemos pasado por el trance de tener que sacarnos el dichoso carnet de conducir. Yo dentro de nada cumpliré un añito de carnet, en el que el único coche que he cogido en este tiempo ha sido el de los coches choque en la feria. El carnet de conducir es algo que todo joven anhela cuando tiene 16 o 17 años... sobre todo para llevarse su pibita a un descampado y jugar al teto.

Para ello debemos acudir a una autoescuela. Autoescuela quiere decir escuela de autos, no que tú mismo te das las clases del coche, cosa muy diferente. Cuando llegas te dan una serie de tests que debes empollar para ir al examen teórico. Mientras iba a estudiarme el libro, conocí a un chaval muy majo. Me decía que era ya la quinta vez que se presentaba al teórico y que estaba ya cansado. Un día al salir de la autoescuela me dijo: "¿Te acerco? Tengo el coche aparcado aquí al lado". Me enteré hace poco que logró aprobar el teórico desde la cárcel. ¡Cuánto me alegro por él!

Yo fui al teórico nervioso perdido. Entré en la clase y me pusieron un papel por delante con 30 preguntas y 4 posibles respuestas. Yo levanté la mano y le pregunté al profesor: "Oiga perdone... una pregunta... ¿Si pago más puedo poner dobles o triples como en la quiniela?". No sé por qué mi pregunta hizo reir a media clase, cosa que no hizo gracia al profesor. "Limítate a responder con una respuesta... y recuerda que sólo puedes fallar 3". Así que sólo respondí 3 preguntas... con dos cojones.

Una vez que obtuve el teórico me dijeron en la autoescuela que empezaba con las prácticas. Ole! qué ganas tenía de coger el coche! Y nada más montarme en el coche, el profesor empezó a explicarme para qué servía cada cosa. Y me hizo... LA PREGUNTA. Esa pregunta que nos hacen a todos en nuestra primera clase: "¿Has conducido alguna vez antes?". A ver... ¿Por qué te crees que estoy en MI PRIMERA CLASE? Aunque bueno... mi colega el de la cárcel hubiera respondido que sí.

Pasé las clases como todos. Con amagos de atropellos a viejas en pasos de peatones, frenazos gordos ante un semáforo en ámbar, accidente mortal con 3 muertos en una rotonda... lo típico. Y una vez que ya estaba preparado (o al menos eso creía yo) me dieron fecha para mi examen práctico.

30 minutos antes de salir para el examen estaba muy nervioso. Más nervioso que Lydia Lozano en la máquina de la verdad. Así que para los nervios me tomé 3 lexatines de un tirón... amén de 2 Jonnhy Walker con Coca-cola. Joder! iba mareao, pero tranquilo de cojones. Me subí al coche y allí conocí a aquél hombre con nombre de película americana de miedo... EL EXAMINADOR. El hombre me pidió el DNI y yo, que llevaba un pedo considerable.y viendo al examinador así tan bajito como era... le pregunté que si él con esa estatura en la foto del DNI salía de cuerpo entero.

Empecé el examen y empezó a decirme: "Derecha... izquierda... cuarta salida en la rotonda", y yo le dije: "Dime a dlóndle vlas que yo te llevo, que soy de aquí!... hip!". Los Jonnhy Walker que me tomé empezaron a asentarse en mi estómago y me tiré un eructo que empañé todo el cristal del coche. "Qué lástima que nlo haya parabrisas plor dentrlo, ¿verdlad?", le decía al examinador mientras limpiaba el cristal por dentro con mi propia camiseta. "¡Pero qué hace! No se quite el cinturón!", me dijo el examinador asustado, a lo que le respondí: "Plero si voy en bañador... qué cinturlón ni na home!".

Como iba haciendo "eses" con el coche nos paró un guardia civil.
- Perdone - me dijo al acercarse a mi ventanilla.
- Plerdonlado... plerdonlado... - le contesté.
- ¿Se cree usted muy gracioso?
- ¿Me da usted las opciones?. - ¿Y yo qué sabía si eso formaba parte del examen o no? Me puso el cacharrito ese en la boca para hacerme la prueba de alcohol...
- Sople... sople... más! más!... más fuerte!!
- Oye tío llenar esto es imposible... no se hincha... no se hincha...

El examinador me pidió luego que tirara por autovía, y que acelerara... que no fuera lento. Puse el coche a 230 km/h, a una velocidad que llaman de crucero. Para ir tranquilito coño. Y ahí fue donde, a 230, solté el volante y me encendí un porrito de chocolate güeno, güeno. El examinador saltó del asiento y gritó: "¡¡Pero usted está loco!! !Que se va a matar!" que le dije: "Que va joe, si yo fumo poco...".

Para terminar el examen me pidió que aparcara. Me dijo que estacionara en línea a la izquierda en el sitio que había libre. Yo el estacionamiento lo bordaba. Era lo que mejor se me daba. Así que confiado, ajusté las distancias, maniobré... y metí freno de mano.
- ¿Qué... lo he dejado muy lejos de la acera? - dije convencido de mi buen aparcamiento.
- Emmm... ¿De cuál de las dos?
Volví a aparcar de nuevo, esta vez bien. Y me dijo el examinador: "Ahora salga muy despacito...", así que abrí la puerta del coche y empecé a bajarme muy lento, muy lento... "A ser posible con el coche también..." decía el examinador con cara de no creerse lo que estaba viendo. Al final me aprobó... decía algo como que gracias a mi iba a pedir una baja indefinida o algo así. Vamos, yo lo vi muy feliz subiendose a la furgoneta de aquél manicomio.

Si hay gente que se vaya a examinar en breve, le doy todo mi apoyo. Sólo espero que no haga lo mismo que pongo aquí... por su bien, más que nada. Y es que cada vez que veo el anuncio ese de... ¿Te gusta conducir? yo siempre digo... Sí, pero no tener que sacarme el carnet.