martes, 17 de agosto de 2010

Lo peor del amor...

El amor... causa del principio y muchas veces finales de la gran mayoría de nuestros problemas. El amor... cuatro letras que aunque parezcan pocas e insignificantes son todo lo contrario. El amor... lo más bonito del mundo... o la mayor mierda jamás creada. Según.

El amor correspondido es precioso, pero... ¿existe? Nos cansamos de verlo en las películas pero eso tiene de realidad lo que yo de negro. Nada. "Ohhhhhhhh!!! Que bueno es Edward!!! Todas queremos un novio así de bueno, romántico y que se preocupe por nosotras y nos cuide tan bien como él" y luego pierden el culo por el tío más cabrón y chulo de todos de los que puedan existir. "Ayyyyyyyy (entre lloros) Qué mala suerte tengo!! Que todos los tíos me hacen daño!! Son todos iguales!!", claro, no que casi todas las tías sois iguales de tontas... o de mentirosas cuando decíais lo del novio bueno y cuidadoso. Pero lo mismo para ellos.

El amor tiene cosas buenas, pero también las tiene malas. Y tantas. Cuando te das cuenta que hoy ya no se lleva el tener pareja. Que todos están de una flor en otra. Que ya no se lleva el conocerse, se lleva el probarse. Que si no mides 2 metros y tienes más músculos que neuronas no te comes una mierda en una discoteca. Para mí, es mucho más bonito el irte a casa habiendo conocido a alguien especial una noche que el haberte enrollado con alguien 5 minutos y adiós muy buenas. ¿Acaso no es más especial ese mensaje del día después diciendo de volver a verse? ¿O ese toque del día después de: me acuerdo de tí?

Pero cuando escarbas en el mundo en el que vivimos ves lo podrido que está. Que parejas de tantos y tantos años y con proyectos juntos se vienen abajo de la noche a la mañana. Un día sin más ella o él se levanta y dice que ya no quiere seguir juntos. Que l@ quiere, pero que no está enamorad@. Y ahí viene lo peor. El desamor. El dolor. La rabia. La desesperación. Todos los que hemos pasado por ahí (casi todos) sabemos de lo que hablamos cuando decimos desamor... y conocemos lo peor del amor.

Lo peor del amor cuando termina son los pensamientos sin destino, las imaginaciones irreales, los "y si..." imposibles. Lo peor del amor cuando termina es darte cuenta que todo lo que has hecho por una persona no ha sido valorado en parte/o en nada. Ver que lo que has dado ha sido para la persona equivocada. Lo peor del amor cuando termina... es desconfiar para la siguiente y no dar todo para esa persona que quizás esa sí se lo merecía y no se lo diste por temor a caer de nuevo.

Lo peor del amor es decir te quiero sin sentirlo, descubrir que un día los besos sólo saben a saliva y no traen mariposas al compás. Lo peor del amor es cuando sólo se habla del tiempo, cuando un abrazo sabe a polo opuesto, cuando el deseo se convierte en realidad. Lo peor del amor es cuando las palabras sobran, cuando las miradas gachan, cuando existen ganas de menos que de más. Lo peor del amor es descubrir un día que hay putas que no cobran, que hay caricias que no atraviesan, que ya hasta el sexo está de más. Lo peor del amor es descubrir que la presencia se torna ausencia, ver que los celos se acaban y pierden su esencia, cuando a la palabra fin no le sigue un continuará.

Y yo mientras seguiré pensando distinto a la frecuente opinión. Que prefiero un intercambio de palabras y un hasta pronto que cuatro besos sin pasión. Pero eso sí, con la persona adecuada... porque lo peor del amor... es que no haya amor.



sábado, 7 de agosto de 2010

La marea de nuestra vida...

Qué parecido es a veces el mar con la vida misma. Hay un momento que los marineros llaman marea floja, cuando la marea ni sube ni baja, sino que permanece completamente inmóvil. Es un punto detenido en el tiempo, cuando todo está quieto y tranquilo. Esos momentos que cuando los tenemos en la vida cotidiana nos saben a gloria. La única desventaja, es que pasa muy rápido.

Cuando uno prueba el silencio, la tranquilidad de verdad... la añora en ciertos momentos de su vida, más tarde o más temprano. La soledad no es buena, claro que no. Pero todos necesitamos nuestro espacio a veces. Huir del ruido, de los agobios, del estres. Refugiarse en uno mismo. Disfrutar de nuestra propia compañía, del silencio que inunde la escena. Y hablar, con uno mismo. Reflexionar y ordenar nuestra mente. Al igual que hacen los pescadores en sus largas travesías por el mar, donde pasan la mayor parte del día sin más compañía que la de su caña y sus peces.

Cuando uno pesca tiene que tener paciencia, si no, poco va a conseguir. En nuestra vida vamos demasiado acelerados con todo. Y a veces, la gran mayoría, nuestros objetivos no se cumplen. Porque no tenemos paciencia. El buen pescador sabe que si tiene paciencia obtendrá su premio. Pueden pasar días y días. Horas una detrás de otra sin conseguir nada. Pero sabe que si su caña sigue en el agua puede picar lo que lleva tanto tiempo deseando. Nosotros a veces queremos las cosas ya, y nos desesperamos si no lo conseguimos. Y eso no puede ser. Todo tiene su tiempo. Todo llega en la vida. Aunque sea tarde. Pero nunca es tarde si... ya sabéis.

Al hombre siempre le ha atraído el mar. Pero nos supone un escenario antinatural, un lugar de gran peligro. Mareas, corrientes, peces peligrosos, olas, vientos... cada cual con sus propios riesgos. Ninguno puede ser ignorado. El más mínimo error puede suponer un error mortal. Pero un buen marinero no lucha frente a estos elementos. Un buen marinero trabaja con ellos utilizándolos a su favor. Mientras otros menos afortunados van a la deriva, golpeados y magullados por la terrible lucha, él siempre vuelve a la seguridad de su hogar. Porque no siempre gana el más fuerte, sino el más listo.