jueves, 18 de noviembre de 2010

Vive el momento

Lo hemos oído muchas veces... vive el momento, aprovecha el tiempo, pero nunca lo aplicamos (yo mismo me incluyo). Parece que te lo tiene que decir alguien, verlo en un documental, en una película... para hacerte reflexionar y ponerlo en práctica. Yo, en mi caso, ha sido gracias a la película "Recuérdame".

La película habla de que hay que vivir el momento, hacer lo que uno quiere cuando quiere... sin esperar. La chica toma el postre antes que el primer y segundo plato porque es lo que realmente le gusta y no le gustaría que se muriera entre plato y plato sin haberse comido lo que más le gusta. Está llevado al extremo, pero la idea es lo que hay que coger.

Resulta curioso lo fácil que olvidamos a veces muchas cosas... un olor, un recuerdo, una voz... producido por el tiempo y por la distancia. Y los recuerdos son algo muy importante que no debemos olvidar... porque son nuestros, de nadie más. Son cosas que hemos hecho nosotros en nuestra vida, y sólo por ese hecho ya merecen la importancia que tienen. Como dijo Gandhi: "Lo que hagas en la vida será insignificante, pero es importante que lo hagas, porque nadie más lo hará por tí".

Vivimos sin darnos cuenta la suerte que tenemos. Nos quejamos por vicio muchas veces. Se podría estar peor. Hay que disfrutar lo que nos da la vida tal y como nos viene, porque si nos viene así es por algo. Por un motivo. Por una razón. Conocemos gente, vivimos cosas... cosas que convertimos en tesoros. Tesoros propios. Tesoros que nos olvidamos que tienen valor, y a veces se nos olvidan que los tesoros pueden perderse, ya sea porque no le damos el valor que tienen o porque nos desprendemos de ellos pensando que no valen lo suficiente, o que tenemos algo de más valor que eso... y luego echamos la vista atrás arrepentidos por no tener ese tesoro que teníamos.

Tenemos que valorar lo que tenemos. Aprovecharlo y vivirlo. Que sólo tenemos una vida y nadie más va a vivir nuestra vida por nosotros. Que cuando menos te lo esperas te viene la maldita muerte y no podrás vivir esas cosas que siempre has deseado hacer. Esas cosas que poco a poco va dejando para otro día.

Aun así, la muerte tiene una importancia brutal en la vida. Hay personas que desearían que no existiera. Les gustaría ser inmortal. Y yo pienso que la muerte es necesaria en la vida. Porque si todos fuésemos inmortales, nadie viviría el momento. Nadie se molestaría en labrarse su vida, crear su familia y dejar lo mejor para ellos. Sólo se miraría por uno mismo. La vida perdería significado. Yo no quiero esa vida para la eternidad... prefiero lo corta que es la mía para disfrutarla todo lo que pueda y saborear lo buena que sabe disfrutada a mordiscos.

Y es que nuestras huellas dactilares no se borran de las vidas que tocamos. No lo olvidéis.

miércoles, 10 de noviembre de 2010

La vida erasmus... Parte III

Partes anteriores:
· Parte I
· Parte II

Casi dos meses después de llegar, y con un cumpleaños de por medio, la vida erasmus se estabiliza y sigue su curso. Siento el retraso... pero es que aquí los días son tan largos que uno no deja de hacer cosas. Continuamos.

La vida erasmus es liarla cuando llegas a casa de vuelta borracho. Europa tiene una costumbre, que es cerrar los garitos muy pronto. Normalmente a eso de las 4 de la mañana, lo que para un español es un horario muy presto, como dicen aquí. Así que a esa hora aún te sientes lo suficientemente borracho como para liarla y partirte el culo (literalmente, ahora explicaré por qué) con las diferentes cosas que surgen. Cosas como, salir de una discoteca con tus colegas, por supuesto, borracho, ver que uno de ellos salta una valla de obra ágilmente. Tú, que a estas horas corre más alcohol que sangre por tus venas, te sientes lo suficientemente valiente como para hacer lo mismo...pero con diferente resultado. Sin saber bien cómo, te ves en el suelo, con tu hueso del culo gritando de dolor y con tus colegas partiéndose el culo (pero no como tú). Al día siguiente, en la cama te despiertas con dolor en: el hueso del culo, la cadera, las costillas, un codo... y te preguntas por qué te duelen tantas cosas... la respuesta llega rápida a tu mente... la caída.

La vida erasmus es que se te pudra la comida. Un día comprando, te da por comprar verdurita. "Hoy empiezo a comer bien y no tanta mierda" te dices con la lechuga en la mano. La metes en el frigo y ale... a por una ensaladita. Tres semanas después abres el frigo, te vas a tu balda (que es la de más abajo) y ves que encima de tu comida hay un líquido negro que las recubre, "Qué coño me habrán tirao de arriba mojándome la comida" te dices. Otra semana después abres el frigo y notas un hedor bastante importante que llega a tus fosas nasales. Intentas buscar de donde proviene y... SORPRESA!! sacas del fondo del frigo la bolsa de la lechuga completamente negra!!!! soltando ese famoso líquido negro que recubría tu comida la semana anterior. Entre arcadas, tiras la lechuga a la basura, mientras notas como tus ganas de comer se evaporan. Aún a día de hoy (semana y media después) tengo ese olor en mi mente y las arcadas empiezan a subir. Horrible.

La vida erasmus es salir y salir... y ponerte malo. En el resto de Europa no hace el buen tiempecito que hacía en tu Cádiz natal y sales a la calle como si aún pasearas por el paseo y claro, pasa lo que pasa. Que de un resfriado pasas a una bronquitis. Los mocos verdes hacen acto de presencia todas las mañanas cuando te levantas y los despides mientras se van por el desagüe. A fin de cuentas estoy en Roma, por lo que imito al más grande de los artistas italianos, Miguel Ángel, y me paso todo el día esculpiendo... esculpiendo mocos en el lavabo de 3 en 3. Y cuando no estoy en casa, el esculpir se hace tarea difícil, más que nada porque (esto todos lo sabemos) que esos mocos no salen solos, sino que hay que darles una pequeña ayudita haciendo un sonido bastante escandaloso para ello. Resulta gracioso ver como una italiana mira hacia atras por la calle y luego anda más deprisa, hasta casi correr, para alejarse de tí tras buscar y esculpir un bonito moco en la calle.

La vida erasmus es descubrir que el transporte en Roma es la puta hostia y no hay más debate. Que gusto y que placer da ver que a las 5 de la mañana cuando hace más frío que alicatando el cuarto de baño de Papa Noel hay un autobús que te recoge en la estación principal y te deja a 100 metritos de tu casa todas las noches. Y lo mejor de todo... SIN PAGAR!! Y te montas en el tren para tu universidad... y TAMPOCO PAGAS!! y así todos los días. Viva Berlusconi coño!!

La vida erasmus es seguir comprendiendo a tu puto casero. Ese que al pagarle el dinero del mes te coge y te dice: "Ven José... no vuelvas a hacer ruido por las noches", "¿Cómo dice estimado y amable casero?", "Me han comentado que haces ruido por las noches, así que... una vez, a la segunda... te vas fuera", "Gracias por su aviso cabr... amable casero". Y es que resulta que el día anterior hablaste un poco más alto de lo normal por el ordenador con tu casa, por lo que el simpático compañero de enfrente de tu cuarto, ese que nunca sale del cuarto y que no se relaciona con nadie, llamó al casero y le dijo que estaba armando jaleo. Le haces una visita a su puerta y le preguntas amablemente: "¿Por qué has avisado al casero de que estaba armando jaleo?", "Porque me levanto muy temprano y anoche estabas gritando mucho", "No estaba gritando, estaba hablando con mi madre por el ordenador y debía hablar alto para que me escuchara", "Ese no es mi problema... me da igual lo que estuvieras haciendo. No quiero que armes ruido". Con una sonrisa te das la vuelta y te vas. La venganza puede ser terrible.

La vida erasmus es volver a liarla de vuelta a casa borracho. A las 5 y media de la mañana hay hambre, sobre todo porque cenaste a hora guiri, es decir, a las 9. A esa hora todos los de tu piso (que no son erasmus) están plácidamente durmiendo. ¿Haces de tu comida? Pues deberías, pero va a ser que no. Todos los demás duermen. Nadie se va a enterar. Abres la puerta del armarito de ese compañero tuyo tan simpático que le da por avisar al casero porque el de enfrente habla con su casa muy alto... guau!! 6 paquetes de arroz Knorr... con champiñones!! con queso!! risottos por doquier!! Eliges los 2 que más te gustan, te los metes en los huevos y hala... ya tienes comida para dos días. Y esto es sólo el principio maldito avisador de caseros...

La vida erasmus es notar como la gente en tu universidad te mira. Y tanto. Tu andas tan tranquilito por el campus con tu maletita, mientras a tu paso, todos los italianos te miran y esbozan una leve sonrisa. Entras en clase, te sientas con tus compis erasmus españoles y notas como la gente a tu alrededor se da la vuelta y te mira, de nuevo con la sonrisita, al notar hablar en otro idioma. Y te preguntas, ¿qué coño miran? Es entonces cuando recuerdas cuando tú mirabas igual a los erasmus en tu uni y los mirabas como bichos raros. Ahora los guiris no son ellos. Eres tú.

La vida erasmus es mirar por el dinero como nunca antes. Ingeniártelas para no pagar en la mensa. La mensa es el comedor universitario. Aquí no es como en España, que tú pagas en mano. Aquí tienes una tarjeta que se recarga, tipo tarjeta de crédito. Comer en mi mensa vale 3.50. "Vaya... tengo sólo 3 euros para hoy, y se recarga con mínimo 5 euros... hoy se hace la del 3 14". Coges tu bandeja, la llenas de comida, te vas a la parte donde le das tu tarjeta a la tía, se la das con la carita más de santo de tu vida. Más de cuando hiciste la comunión. La mujer te dice en un perfecto italiano que no tienes dinero en la tarjeta, que no la acepta. Tú, con tu italiano más gitano del mundo le dices que sí, que hay dinero y que no entiendes nada de lo que te dice. La mujer te lo vuelve a decir un poco más lento, pero nada... tú no entiendes nada de nada de lo que te dice (aunque la entiendes perfectamente). Al final te dice que pagues mañana... tú asientes mientras te vas a tu sitio con tu bandejita comiendo gratis. Y así lo vuelves a hacer dos o tres veces más, hasta que ya no colaba más y tenías que recargar. Pero tus 10 euritos que te has ahorrao no te los quita nadie.

La vida erasmus es seguir liándola de vuelta a casa borracho. En tu piso tienes otro compi que se relaciona poco, casi del estilo del avisador de caseros. Este, a diferencia del otro, parece simpático y al menos saluda cuando llega a casa. Tiene una cosa que le identifica, que es gay. Vive con su "novio" en el piso, y eso que el casero nos dijo que aquí no se podía traer a nadie. Es sssssuper gay, es gracioso ver como habla un gay italiano. Mi compi español y yo, cariñosamente le llamamos el julandrón, porque maricón podría entenderlo ya que en italiano se dice maricone. Así que... después de otra fiesta vuelves a casa envalentonao y se te ocurre la idea. Coges post-it y bolígrafo y le pegas esto en su puerta:

Al día siguiente no verías su cara al verse eso en la puerta y más aún sabiendo que no entendería qué coño pone... pero te partes el culo igual. Al día siguiente te levantas y vas hacia la cocina, pasando por el cuarto del julandrón y ves que ya no está el post-it en la puerta. Así que, resacoso y adormilao te vas hacia la cocina esbozando una sonrisa malévola.

La vida erasmus es convertirte en un cinéfilo. Sobre todo si pasas tiempo en tu casa metido porque estás esculpiendo. Te ves películas día sí y día también. Te ves todas las pelis que no te has visto en 2 años en tu Cádiz natal. Eso sí, no vale verse Rec a oscuras justo antes de dormir, que sino sueñas con zombies y sentir miedo en un sitio que no es tu camita española no mola.

La vida erasmus es cambiar las sábanas un mes y medio después de haberlas puesto. Es que entre una cosa y otra nunca tenías tiempo de cambiarlas. La cama lo ha agradecido mucho. Eso sí, se ha tenido que volver a ver lo bien cuidado que está el colchón. Por cosas así no daban ganas de cambiar las sábanas. Intentas colocarlas por el filito, sin tocar la mancha de meao seco y la raja comida por las polillas. Ea, como nueva. Si la cosa se da bien, nos volvemos a casa en Navidades con las mismas. Con dos cojones.

La vida erasmus está genial. Sobre todo si para el siguiente fin de semana hay un encuentro con 2.000 erasmus de toda Italia en tu ciudad. Será interesante ir. Eso sí, la beca ni olerla. Mientras otros países como Francia las dan antes de que los alumnos se vayan, España, y más concretamente Andalucía, 2 meses después de llegar aquí aún no ha pagado ni un euro. A ver si pagan pronto, que en diciembre me veo de Puente, y no el de la Constitución precisamente... sino viviendo debajo de uno. Seguiremos contando. Saludos!!