domingo, 24 de abril de 2011

La vida erasmus. Parte VII (Especial viaje Semana Santa)

Hacemos un break en la vida erasmus normal en Roma para contar lo que ha dado de sí el viaje de Pascua en el que he pasado 10 días viajando (4 en Londres y 6 en Praga). Para lo cual tuve que refrescar mi olvidado inglés (puto italiano) y buscar las palabras adecuadas para decir mis frases típicas. "Key pass a picture?" (¿qué pasa picha?) o "Key Asset cow John Eh?" (¿qué hase cohone?) fueron algunas de ellas.

En mi llegada a Londres me esperaba en la puerta de llegadas mi amiga Lucía. Dos años y medio sin vernos desde aquél día en Coníl y tuvo que ser en el aeropuerto de Stansted en Londres. Lo que es la vida. Nos tomamos unas papitas y nos contamos rápido como nos iba la vida en 45 minutos, el tiempo que tenía para coger el bus para el centro. Lucía, aún recuerdo como te hacía desde el bus gestos diciendo lo apretado que iba y como tú pasaste de mí y te volviste y te fuiste sin decir nada. Imagino que no me verías lo que te hacía por el cristal.

Llegada a Londres y a ver un poco la ciudad. En la Plaza Trafalgar ocurrió uno de los momentos del viaje. Pablo intentó subir a uno de los leones, pero se daba impulso y no lo conseguía. La gente de alrededor lo veía y se comenzaba a reír mientras lo intentaba. Yo lo veía sin parar de reírme. Cuando por fin se subió, sus piernas se abrieron a más no poder y su cara reflejaba el dolor del momento. "No me he abierto más de patas en mi vida" decía él mientras se bajaba tras hacerse la foto.

A mí no se me ocurrió otra cosa el día de antes que irme a jugar al futbol y bastante desabrigado, por lo que cogí mucho frío y empecé a notarlo en Londres. Vaya tos de perros que me venía. Por la noche, con la nariz tapada y el pecho cogido dí un auténtico concierto. Mi amigo, con el que dormí, me dijo que me tuvo que dar un codazo a media noche porque: "Te estabas saliendo del pellejo io. Estabas cantándole a Cai con la mano levantá y to". Con dolor en el pecho, decidí ir al médico allí. Me quedaban muchos días por delante y quería estar bien.

Entré en la consulta y me sorprendió como van allí las cosas. Entras, rellenas un papel y esperas 15 minutos a que te llamen. Y ya está. Ni tarjeta sanitaria, ni dinero ni na de na. Entré con Pablo, que él sabe inglés mejor que yo, por si algo se me escapaba. Le dije a la médico lo típico, que tenía tos y mocos y tal. Pero lo gracioso vino cuando ella me preguntó si dormía bien, Pablo quiso pegársela con un chiste y le dijo: "Sí que duerme sí... que yo he dormido hoy con él", la médico no se rió, se pensó que éramos gays. "¿Qué os quedáis en un hotel los dos?" nos preguntaba la tía. Vaya cortazo.

Debajo del Big Ben pude hacer un video sobre algo que siempre he querido. Preguntarle a alguien qué hora es. Hicimos uno con un hombre que me dijo que mirara hacia arriba, pero salió mal. El segundo quedó más sosito, pero moló igualmente.

Llegó el domingo y partí hacia Praga. Mi amigo Carlos, que está allí de erasmus, estaba avisado de la hora a la que llegaba, 23.40 h. ya que se lo dije por Facebook. Me esperaba una semana por todo lo grande. Ya en el avión tuve los primeros tintes de lo que sería Praga. Se me sentaron al lado una chica mulatita y una rubia pequeñita, que se puso a buscar algo por el suelo dejando ver su tangazo a la altura de los sobacos. Intenté no mirar, pero es que era imposible. Y no sólo se agachó una vez, sino un par de ellas. Yo ya no sabía si lo hacía adrede o no. Y para más colmo, a mitad del viaje se quita la sudadera y deja ver su escotazo. Y así se quedó plácidamente dormida, mientras le miraba de reojo a lo mister X.

Medio cachondo y medio dormido, llego a Praga. Casi las 12 de la medianoche y muerto de hambre. Llego a la puerta de llegadas esperando ver a mi amigo fuera como Lucía hizo. Pero Carlos no estaba. Salí fuera. Carlos no estaba. Pensé que quizás se estaría retrasando así que lo esperé mientras me comía un kebab. 15 minutos después Carlos seguía sin llegar. Lo llamo, no contesta. Bien, con dos cojones. Le envío un mensaje. Lo vuelvo a llamar. Nada.

Llamé a mi amigo Pablo, que había ido antes que yo a Praga y le pregunté si tenía el móvil checo de él, pero no hubo suerte. Le colgué entre sus risas por ver que Carlos me había dejado tirado y probé a llamarle de nuevo, ésta vez sí me lo cogió.

- Carlos!!!
- Eyyy!! Qué pasa pichita?
- ¿Dónde estás?
- En Cádiz...
- ¿Cómo?
- Uy no!! que se me ha ido la pelota... jajaja. Estoy en mi residencia.
- ¿En tu residencia?
- Sí, ¿y tú?
- En el aeropuerto cabrón!!
- ¿En el aeropuerto? ¿Pero tú no llegabas mañana?
- Pues se ve que no picha... que estoy aquí.

Me dijo el bus que tenía que coger y donde bajarme. Pensé pagar el bus, que eran 25 coronas, yo iba con mi billete de 2000 pero una guiri antes que yo le pagó con el mismo billete y el tío le dijo que no tenía cambio así que le dio de menos. Para mí mismo pensé que le iba a pagar un guardia. Así que me quedé sentaíto agradeciéndole a la guiri que fuera antes que yo y que no me costara 500 coronas el billete. Llegué a Strahov y el paisaje que me esperaba a la 1 de la mañana era el siguiente.

Donde las paredes del estadio abandonado hacía eco cuando tosía y todo. De película de terror. A los 5 minutos aparece Carlos borracho con una guitarra en la mano y cantando el "Perdónameeeeeeeee, Perdónameeeeeeeee". Lo dicho, de película de terror. Juntos entramos en la residencia de él. Y una checa de 60 años y pelirroja nos dijo que una mierda íbamos a pasar. Carlos clamaba al cielo por su mala memoria. Yo no entendía nada. Carlos le decía en inglés que esa maleta era suya y que yo venía sólo para despedirme. La checa seguía firme. Hasta que Carlos me dijo en español que me fuera. Sale sin mi maleta y me dijo que fuéramos al cuarto de unos amigos en lo que a la checa se le olvidaba mi cara.

Llegamos y estaban dos colegas suyos y una checa. Estuvimos un rato charlando y tal. La checa me ofreció un trozo de bizcocho que decidí probar y al que pronto decidí dejar también, puesto que estaba más seco que el coño de una monja. Seguimos charlando mientras la checa se apoyó sobre las piernas de uno de los colegas y le hablaba muy cerca a la cara. Yo, con mi apurada técnica de mirar de reojo aprendida del señor X, los observaba. Él le tendió el dedo índice mientras ella lo chupaba con la lengua haciendo círculos. Yo me estaba poniendo cachondo, no quiero ni imaginar como estaba él. Decidimos irnos y al despedirme de ella me dio uno de los besos en la mitad de la boca. Joder, este viaje apuntaba muy alto.

La checa nos volvió a parar en la puerta. Pedía 25 coronas por quedarme yo a dormir. Aunque tras darle mucho la vara nos dejó pasar. Entré en la residencia de mi amigo y... joder!! Mi colega Pablo me había avisado que me esperara para lo peor, pero había que verlo. Eso era la cárcel.

Ya al día siguiente me enseñó cosas de Praga. Dimos vueltecillas por ahí y me encontré con varios monumentos de Praga. El puente Carlos, la Iglesia, el Castillo y cosas como esta...

Me sorprendió que la gente me parara por la calle y me dijera cosas en italiano. "Qué no soy italiano!!" "¿Cómo que no? Tú me estás engañando...". Y me lo dijo todo el mundo! ¿Por qué coño la gente se piensa que soy italiano?

En uno de los puentes que pasa por el río, íbamos andando cuando observó a un muchacho con una camiseta de Haze. Para mí mismo me dije: "Joder, un tío con la camiseta de Haze", pero cuando lo tuve al lado me flipé, no era un tío con la camiseta de Haze. Era Haze!!

Estuvimos hablando con él. Decía que estaba de Interrail por Europa y que aprovechaba para escribir su nuevo disco. Me sorprendió lo cercano que era. Un tío de puta madre!! Lo único malo es que me pegó uno de los mayores FAILS de mi vida. Yo había visto un reportaje de Canal Sur de animales y Haze llevó a su mascota que tenía leucemia. Así que le dije:

- Haze, ¿cómo está tu perra de la leucemia?
- No es una perra... es una gata.

Sorprendidos aún por el encuentro, nos fuimos a comer. Carlos me llevó al mejor costillar que habrá en el mundo. La mejor comida de mi vida. Sin pensar malamente claro.

Y es que una de las cosas que más me han llamado la atención es lo altas que son las checas. En una de las discotecas estábamos ahí pegándonos unos bailes cuando aparecen dos tías de metro noventa a cada cual más buena. Fue llegar y empezar a bailar a lo fama mientras sonaba de fondo Loca, loca de Shakira. Una de ellas empezó a rozar su culo contra mí mientras bailaba. Uno de los colegas de mi amigo me dijo que hablaba italiano. Era mi oportunidad. Vi que llevaba una bandera de Italia pintada en la cara. Intenté acercarme de nuevo a ella, pero una barrera de unos 15 tios me lo impedían. Toda la noche me llevé buscándola, sin suerte. Hasta que volví a dar de nuevo con ella y esta vez me hice sitio y la abordé de frente hablando en italiano con ella.

- ¿Eres de Italia?
- No, ¿y tú?
- ¿De dónde te piensas que soy?
- ¿Eres de Italia? -decía ella sorprendida.
- Claro!
- ¿De qué parte?
- De Roma. Y tú, ¿de dónde eres?
- De Praga.
- ¿Y cómo sabe una chica de Praga tan bien italiano?
- Porque mi novio es de Venecia - Otro FAIL.

Quería hablar también de como vi la final de Copa en un sitio llamado Sport Bar, un garito que está pasando los Cabarets famosos de Praga, donde los RRHH te avasallan para que entres, por supuesto me hablaron en italiano para que entrara. "Que no soy italiano coño!!" les dije en italiano... yo también es que soy tonto. El garito no es que tuviera humo, no. Es que prácticamente estaba en llamas. Increíble. De la final poco que decir... que me llevé otro FAIL al cantar el gol de Pedro, que fue en fuera de juego y que tuve que aguantar la victoria del Madrid.

Estábamos por la tarde en el cuarto de mi colega preparándonos para ir al gimnasio y mientras él bebía agua yo le pregunté que qué íbamos a cenar. De repente, él empieza a toser y a echar toda el agua que se estaba bebiendo al suelo en modo pota. Entre risas le dije que qué hacía! Él se cagó en todo por no haberle dado en la espalda mientras tosía y que sólo me riera. Perdón Carlos, pero es que fue muy bueno.

Mención especial al baño del martes. Los baños de la carc... de la residencia, son comunes también y un día nos duchamos a la vez mi colega y yo (pero en duchas separadas, que conste) y yo le deleité con una cancioncita de Pablo Alborán, puesto que mi amigo es muy fan de oírme cantar. La canción en cuestión fue Cuando te alejas. Terminé de cantarla y se oyó una voz que no era de mi amigo, que dijo: "Qué bonito!!". Alguno que estaría cagando por ahí le hice más amena la cagada. Eso que se llevó.

Lo que es un no parar son las tías buenas en Praga. Es que pasaba una tremenda, pero es que detrás venía otra aún mejor y así una detrás de otra. Ahí surgió una de las frases del viaje cuando le dije a mi amigo: "Joder tío... pero si es que nunca se acaban".

En otra de las fiestas en Praga vi a una tía que el adjetivo de guarra se le quedaba corto. No es que fuera regalada, es que estaba de saldo. Una china iba con un vestido rojo corto que no dejaba nada a la imaginación. Comenzó por enrollarse (si es que a eso se le puede llamar enrollarse) con uno en las escaleras que entraban hacia la zona de baile. Ahí estaban los dos metiéndose mano, rozándose con todas y cada una de las partes de su cuerpo. El uno contra el otro. Yo iba y venía dando vueltas por la disco, pues no paraban ni un segundo y seguían. Ya a lo último, el tío le levantaba el vestido metiéndole mano por debajo mientras ella metía la suya por dentro del pantalón y movía la muñeca agitándola como si moviera un yogur para comérselo líquido. Incluso por un momento, ella cayó al suelo de espaldas y él se abalanzó sobre ella con el miembro abultado en su pantalón. Todo un auténtico espectáculo. Que no quedó sólo aquí. Luego estaba un colega y yo sentados en unos sillones, y la china estaba sentada un poco más hacia allá al lado de un rubio (diferente al de antes) y ahí, sin oscuridad ni gentío, le cogió el paquete y empezó a sobárselo mientras ponía cara de viciosa del porno. Tal y como os lo cuento.

El último día quise quemar Praga dándolo todo. De hecho, di un concierto cantando una Spanish Saeta en inglés. Lo hubiera subido pero mi móvil no sé por qué no me deja. Cuando lo haga lo subiré y podreis verla. Memorable.

Esa noche entramos a una discoteca de 5 plantas. Planta en la que entrábamos planta llena de rabos. Habría una tía por cada 20 tíos. Sin exagerar. Allí nos tomamos el Death's shot o chupito de la muerte. Un chupito que nos quemó en nuestra cara con fuego y que al tomarlo nos quemó el hígado, a lo que luego nos hizo aspirar por una pajita no se qué coño que eso ya nos mató del todo.


Allí nos encontramos con una catalana a la que desde aquí quiero saludar. Una catalana que no sé su nombre (porque ella así lo quiso). Una catalana muy simpática. Me la encuentro de casualidad, y para una tía que me encontraba por allí le dije algo en inglés. Enseguida noté que era española y le dije que yo también lo era. Se sorprendió que así fuera y nos hicimos varias fotos juntos sonriendo de super colegueo. Entonces me acerqué a su oído y le dije:

- Ahora dame tu facebook y así podré ver las fotos.
- No... -mientras se alejaba de mí.
- ¿Cómo que no? -le pregunté mientras la cogía del brazo.
- Que no te voy a dar mi facebook! -contestó con el acento catalán ese tan bonito.
- Entonces... ¿esas fotos no las voy a volver a ver?
- No -respondió con una sonrisa maliciosa en la cara. Esperé dos segundos. Le sonreí plácidamente. Me acerqué lentamente y le dije:
- Pues disfruta las fotos... ZORRA!

En otra de las salas me vi a una rubia que miró a mi amigo de manera lasciva. Le dije la socorrida y útil frase para romper el hielo: "¿Conoces a Carlos?". La guiri le dio dos besos, entonces me acerqué y le dije: "En España, nosotros damos un beso en la boca", y ni corta ni perezosa le comió todos los morros a mi amigo. Los amigos de ella reían de incredulidad. Entonces mi amigo le dijo que tenía que hacer conmigo lo mismo... y lo hizo. Al rato, mientras nos alejábamos entre risas mi amigo me dijo: "Es como si me hubieras comido la boca a mí tío... sabía que esto algún día tenía que pasar".

Esto acabaría aquí, de no ser porque en la vuelta pasó algo de mención también. Volé con Wizzair hacia Roma y en la puerta se puso una tía a pasar todas las maletas por el cacharro ese con las medidas. Todas sin excepción. Yo sabía que la mía no pasaba, o si pasaba estaba muy justa. Cuando me tocó a mí, la puse y nada, no entraba ni un poco, cosa que me extrañó porque la mía antes entraba, o el cacharro estaba trucado (seguramente) o había engordao mi maleta (cosa poco probable). Así que la tía me puso una pegatina a la maleta y en mi hoja de embarque me puso la palabra BAG. Y me mandó para el mostrador donde estaban pagando todos a los que les había pasado igual que a mí. Pero yo, gaditano y erasmus, fui más listo e hice lo siguiente. Mientras me dirigía hacia el mostrador con los 10 tíos haciendo cola para pagar, en esos dos segundos cogí y los esquivé y pasé por al lado y me metí corriendo por la puerta y entré en el bus que llevaba al avión. Allí hablé con uno de los que habían pagado y le conté lo que había hecho. Me dijo que quitara la pegatina a la maleta. Así lo hice. Y la parte donde la tía me había puesto BAG la recorté con los dedos. Ahí no había pasado nada. Luego al entrar al avión, todas las maletas con pegatina las dejaban en la entrada, a modo castigo, mientras yo la metí dentro. Y joder... o mi maleta adelgazó o no sé qué pasó, pero entró en el compartimento de maletas de mano igual que un guante. Menudos estafadores. Menos mal que fui más listo que ellos.

En fin, que han sido unos 10 días geniales. No he contado todo lo que ha pasado porque hay cosas que, o son muy largas o no se pueden contar, en la vida siempre hay algo que guardarse para uno mismo. Y es que la vida erasmus... es muy dura. Ay! y tanto!

lunes, 4 de abril de 2011

La vida erasmus. Parte VI

Partes anteriores:
· Parte I
· Parte II
· Parte III
· Parte IV
· Parte V

Cuando decidí venir a Roma de erasmus imaginé muchas cosas, cómo sería vivir una erasmus, la gente que conocería, los viajes que haría etc. Pero cuando cada vez te metes más en el mundo erasmus y empiezas a vivir más y más cosas, experiencias, momentos únicos... es cuando de verdad no quieres que la erasmus llegue a su final.

La vida erasmus es volver del avión para Roma desde tu ciudad natal y que se siente a tu lado una brasileña cañón y escotada. Y que ya se quede dormida casi con la cabeza en tu hombro dejando ver casi todo su pechamen durante 30 minutos eso ya... no hay billete de Iberia que le haga sombra a ese viaje con Ryanair.

La vida erasmus es salir de fiesta a las 9 de la noche y... por cosas de la vida, volver a tu casa a las 3 de la tarde. Que te vean tus compañeros italianos entrando y que te digan: "¿Vienes de la facultad?" y que se te escape una sonrisa al oír la pregunta.

La vida erasmus es que 6 meses después de tu llegada a la casa donde vives, aún cuando le pagas tus 470 euros al casero te pregunta con el ceño fruncido: "¿Tú cuanto pagabas?"

La vida erasmus es que tu compañero el hijoputaquenosaledesucuarto, jocosamente apodado el Ortega Lara, el que se chivó al casero cuando hablaste muy alto (comentado en la parte III), se traiga a una putita a casa. A las 2.30 de la mañana aparece por la puerta de casa armando bastante ruido con una tía de 1.80, morena, tacones infinitos y cuerpo de escándalo mientras ella le dice: "Ohhhhhhhh! qué cuarto tan bonito, ¿cuánto pagas por él?". A ver si le dices también por qué coño no sales del cuarto ni para tomarte un café. Friki.

La vida erasmus es vivir el finde de carnavales en Venecia con otros 250 erasmus más. Un finde donde se durmió 5 horas en 3 días. El primer día en Verona, viendo un poco la cabalgata de allí y la casa de Julieta. Luego, fiestón en el hotel por la noche. Nos disfrazamos de "Sexy aerobic". Es decir, de putones con mallas de deporte. Lo petamos. Todos se querían hacer fotos con nosotros. Aquí una muestra del disfraz.



Sí, avergonzante. Más de una copita me tuve que meter para aliviar la vergüenza que me dio al ponerme las mallas y verme de semejante guisa.

Que parecía Risto Mejide travestido. De hecho, esa fue una de las cosas de la vida erasmus. Y es que, la vida erasmus es salir del Hotel disfrazado así, encontrarte una tía que no habías visto en tu vida y que le digas: "Voy de Risto Mejide travestido" Y ella diga: "Sí, sí..." mientras te atrinca to lo gordo. Y es que las mallas ajustadas es lo que tienen, que no dejan nada a la imaginación.

Porque la vida erasmus te hace comprobar que no te vas a vestir más en la vida de algo amariconado, o de putón más en tu vida. Conociste a un italiano en la cena con todos que te dio dudas de si podía ser gay por la plumilla que se gastaba, dudas que te quedaron disipadas cuando te lo viste en la discoteca abrazándote por detrás mientras te daba puntaítas en el culo, acompañando la jugada diciéndole a tu amigo de que te quiere follar. Y no sólo eso, luego, cuando acababa la noche, te acomodas de espaldas a la barra para descansar un poco. A tu lado un chaval, tú miras como tus amigos siguen bailando y haciendo el tonto disfrazados enfrente tuya, es entonces cuando el chaval de al lado se te abalanza sin dudar hacia tu boca para besarte, tú le pones el antebrazo a modo escudo mientras lo empujas para atrás lanzando improperios al aire a la vez que lo ves como se aleja despavorido. Joder, háblame algo antes, intenta preguntar y te digo que NO soy gay pisha!! ¿Qué es esto de entrar sin decir ni hola?

La vida erasmus es que el Ortega Lara se lleve varios días de cháchara con su putita en su cuarto hasta largas horas de la noche. Un día que tenías que levantarte temprano, oyes como a las 5 de la mañana se oyen risas y ruidos bastante altos, lo cual no te deja dormir. Encabronao y nervioso después de aguantar un rato, le sueltas un SHHHHHHHHHHHHHHH!!!! mientras los oyes aguantarse la risa. Como dos adolescentes... Qué bonito.... (Con tó sus muertos tós) A los pocos días vino el casero por el dinero, y ahí estaba yo, con mi frase de: "El de enfrente me molesta a las 5 con la tele y música alta". Aunque cuando se lo dijo al Ortega Lara, éste le dijo que nosotros no limpiamos la cocina. ¿Y a tí qué coño te importa? Si tú no pisas la cocina para nada. Friki.

La vida erasmus es ir con tu colega a hablar con un profesor para que te explique unos ejercicios y ver que no está. Os acercais al despecho de al lado donde están dos chicas, tu colega les pregunta que si saben dónde está o cuándo viene, mientras notas un olor a mierda que tira para atras. Tú miras a las dos chicas mientras piensas para tí: "Menudas guarrillas, se han tirado un cuesco aquí antes de que lleguemos". Lo más gracioso de todo es que al salir del despacho, tu colega te dice: "Menudo peo les he dejao ahí a las tías esas, ¿lo has olido?". Vaya risas.

La vida erasmus es poder ir por ahí diciendo cosas de la gente sabiendo que no te entienden. "Mira esa guarrilla vaya perolillas me lleva" o "Menudo guiri asqueroso viene por ahí" son algunas de las frases que sueltas entre risas con tus colegas. Pero un día pasa lo que pasa. Estás en el supermercado con tu compañero de piso, te acercas a la caja y ves un vino Valdepeñas. Te sorprendes y tu compi te pregunta que cuanto costará. Ves que a su lado hay un peruano, y tú le sueltas: "Pregúntale al Machu Pichu cuanto cuesta", mientras recibes la respuesta con acento sudamericano del peruano que dice con gesto serio: "Uno setenta y siete...". Los sudamericanos entienden el español... gilipollas!

La vida erasmus es que estés comiendo en la cocina y que llegue la putita del Ortega Lara y te diga nerviosa: "Eh!! abre la ventana!! Aire!! No hace aire!! (va a abrir la ventana) Es que no corre aire, ¿entiendes? ¿Tienes frío? Ponte una chaqueta, pero es que hay que ventilar esto". Tú, que observaste todo el espectáculo con los ojos como platos y sin decir ni mú, comprendes que además de putilla está loca. Luego viene tu compi de piso y te pregunta: "¿Qué hace la puerta de casa abierta?" Pregúntale a la loca... que le ha dado por abrir hasta las puertas de los armarios para que corra el aire.

La vida erasmus es que durante todo el puto día haga una calor del carajo. Hagas planes para salir. Hagas cena en casa con 15 personas. Sales a las 12 de tu casa para la disco y... que no deje de llover fuertemente durante toda la noche. A las 3 de la noche decides volver a casa harto de coger agua por todos lados.

La vida erasmus es ver lo tiesos que pueden llegar a ser los de tu casa. Llevan no sé cuánto sin comprar aceite. Parece que lo beban los personajes estos. Te lo cogen del tuyo y claro... ves como cada día baja unos 3 dedos el aceite de la botella. Y cuando te quieres hacer una tortilla ves que no hay aceite para tí. Ohhhhhhhhh! vas a tener que bajar a comprar. Eso sí, aprendes y guardas la botella de aceite en tu cuarto. Es lamentable, pero con semejantes parásitos es así. Te desquitas gritando: "Vaya asco me dais!! Guiris asquerosos!!" y te quedas tan pancho... como no te entienden...

La vida erasmus es jugar tu segundo encuentro España-Italia y ver cómo se pican los cabrones italianos. Uno de ellos se ensaña contigo. Aún no sé por qué razón. Te mete una patada. Te mete dos. Y cuando te tira al suelo a la tercera y sin venir a cuento le sueltas gritando: "Me cago en la puta madre que te parió!! ya está bien, ¿no? una y otra y otra...", mientras ves que dice: "Ho capito" que significa "lo he entendido". Que le jodan. A falta de 5 minutos pierdes de 2, ves difícil remontar. Pero entonces, uno de tus colegas que ha venido de Cádiz a visitarte, coge una volea desde el medio del campo y remata a lo Zidane metiendo la pelota por toda la escuadra. Después del golazo les suelta: "Cógela... que lleva pelos!!" Con dos cojones. Eso os hace animaros y acabáis ganando de 2. Le vas a dar la mano al de las patadas y te la niega mientras se va fuera y tú ríes mientras les recuerdas quienes son los actuales campeones del mundo. Eso sí, la postilla de 5 centímetros que te ha dejado en la pierna no te la quita nadie. Aunque justo hoy se me ha caído del todo.

La vida erasmus es conocer a un italiano que hizo la erasmus en Granada, por lo que habla español bastante bien. El tío trabaja en la organización erasmus que hace las fiestas y tal. Os haceis coleguillas y mientras volvéis de Venezia en el bus os pregunta que qué tal la vuelta, tu compañero le dice que echa en falta la primera clase, y el italiano, con dos cojones le suelta: "¿Tú crees que te mereces la primera clase con esa cara que tienes?". Colosal.

La vida erasmus es que vayas a ponerte una película con uno de tus amigos de Cádiz que ha venido a visitarte, y que le digas si quiere algo de comer mientras la véis. Tú le vas diciendo lo que tienes... "Tengo chocolate... tengo patatas... y tengo en mi cocina barquillos..." se hizo dos segundos de silencio y cantáis los dos a la vez: "Más típico no lo haaaaaaaaaaaaaaay(8)". Y no dejais de reíros durante 2 minutos. Pero sin parar. Tremendo.

La vida erasmus es estar viviendo otra fiesta el día del finde de Venecia. Ves como uno de tus amigos va fino fino mandarino y está en su momento cúspide. Lo va petando. Bailando por la disco. Fotos. Saltando y tal. Tú lo ves como se lo está pasando de lujo. 2 minutos después te viene una amiga y te dice: "Voy un momento a llevar a X al cuarto, que se ha hecho una brecha en la cabeza". Completamente sorprendido vas fuera a verlo, y te lo ves completamente descompuesto sentado con UNA gotita de sangre colgándole de un pelo. "Pero tío si no tienes na!" le sueltas, pero le ves la mano llena de sangre y entonces comprendes. Durmió al lado mía completamente muerto. La foto que le hicimos pasará a la historia.

La vida erasmus es vivir la mejor fiesta de tu erasmus hasta este momento (y ojalá no sea esa la mejor...) y que ocurriera eso que hicieras que fueras hasta volando por la discoteca. Menuda raja te hiciste en el pantalón con la emoción.

La vida erasmus es que aún sigas recordando el dehfase que fue el viaje a Venecia. En tu cuarto dormían 4 personas contando contigo. Pues la primera noche durmieron 8, uno incluso en el suelo, porque ya no había más espacio. A la mañana siguiente... bueno, a las 2 horas cuando os despertáis, aquello olía a naturaleza. 8 personas metidas en aquél habitáculo desprendían calor a raudales. Los cristales se empañaron a más no poder. Tú, entre la borrachera y la calor te despiertas malísimo con unas ganas de vomitar increíbles. Consigues ir aguantando las ganas y os montáis en el bus que os llevaban al puerto para ir a Venecia. Tú ves que el bus se mueve mucho y que estas a punto de potar. Por arte y gracia de la vida, el bus para y abre la puerta, tú te vas a bajar y ves como el italiano de la organización que comenté antes te dice que no se puede bajar aún, tú le dices con la cara blanca como Iniesta que sí que bajas, y él suelta en alto: "Ah, vale... los que vayan a potar pueden bajar". Con dos cojones también. Genial de nuevo el tío. Al día siguiente, durmieron 6 personas en mi cuarto, 4 de los del día anterior no eran, y ahora eran 2 nuevos. Dehfase.

Y esto es todo por el momento, me dejo más cosas en el tintero, pero prometo ir escribiendo más diarios a menudo para ir poniéndolas todas. Porque la erasmus es un dehfassssssse. Que no se acabe nunca!!!