domingo, 23 de agosto de 2009

Las cosas que tiene la vida...

En estos tiempos que corren, en los que es casi imposible encontrar un trabajo, en los que estamos casi todos puteaos por la crisis... ¿Creéis que estáis mal? pues os voy a contar una historia que os hará daros cuenta de que la cosa podría ser mucho peor.

Cuenta la historia que en un pueblecito de España vivía una mujer mayor sola. Una mujer que en su vida había probado hombre. Virgen hasta la muerte. Especial... tenía sus cosas como toda mujer mayor, pero ésta aún más. Católica y practicante como la que más. Creyente en Dios todopoderoso. No faltaba un domingo a misa. Esta mujer sólo tenía una sobrina como familia. Vivía sola y viendo que ya le quedaba poco de vida escribió una serie de cosas en un papel. Cosas que quería que no faltara en su velatorio.

Lo dejó todo dispuesto. Las coronas que tenían que aparecer. El cura que tenía que hablar y qué decir. El ataúd y la mortaja que llevaría. TODO listo. Pues bien, un buen día (o malo según se mire) esta mujer se muere. Las vecinas llamaron a la sobrina para que viniera y preparara el velatorio y entierro con todas las cosas que su tía quería. La mujer anciana yacía muerta en su cama, mientras la maquillaban para la capilla. Mientras, su sobrina leía punto por punto el papel que su tía escribió en vida para que no faltara de nada. Y vió que en el último punto, su tía declaró que le gustaría llevar como mortaja el vestido que estaba dentro del armario en una bolsa. La sobrina buscó en el armario y de dentro de una bolsa sacó algo que la dejó sorprendida. Era un traje de flamenca.

Todos se sorprendieron de que la anciana quisiera llevar como último traje un vestido de flamenca, con sus lunares y todo. Pero como era su último deseo así hicieron. No le faltó detalle. Le pusieron el traje de gitana. Los pendientes. Hasta la peineta le pusieron a la anciana fallecida. El rumor en el velatorio era constante. Todos los habitantes del pueblo que pasaron por allí a despedirla no dejaban de salir de su asombro de ver a la mujer vestida de gitana dentro del ataúd.

Por fin la enterraron y le dieron el último adiós. La sobrina volvió a casa de su tía y empezó a recoger la casa para dejarla limpia y tirar lo inservible y recoger las últimas cosas de su tía. Estaba limpiando el armario y de dentro sacó una bolsa con unas letras escritas..."MORTAJA" ponía. La sobrina tragó saliva, y nerviosa abrió la bolsa para ver su interior... dentro había un hábito de monja.

Con las prisas no se dio cuenta que había otra bolsa y la pobre anciana, cuyo deseo era morir vestida de monja para recibir a Dios... finalmente acabó vestida de flamenca con peineta incluida. Para que veáis que ni muerto puede decir uno que está tranquilo. Ahí yacera la mujer para toda la eternidad, vestida de flamenca. No sé vosotros, pero yo desde luego me he reído al escuchar la anécdota.

Si veis que estáis mal... pensad en la pobre viejecita y deciros a vosotros mismos: "Podría ser peor... qué coño!"

2 comentarios:

  1. Pa imaginarse el caso contrario, ir a la feria con el traje de monja!

    Dónde has pillao la noticia?

    Pájaro Jaula

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  2. Ya la conocía de hace tiempo pero el otro día la vi de nuevo por ahi y me acordé :P

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