viernes, 8 de julio de 2011

La vida erasmus parte X

Partes anteriores:

Este será la última entrega de la vida erasmus antes de la despedida final. Me gustaría haber hecho más entregas, entre los especiales que hice, pero es que esto es un no parar y nunca saqué tiempo material para hacerlo. Se me han olvidado muchas anécdotas, pero intentaré recopilar todas las que pueda. Ahí va la última... jo! qué penita!

La vida erasmus es estar con tu compi cocinando pasta (qué originalidad!) en la cocina. El asita de la olla quema, por lo que hay que cogerlo con un pañito para no hacerte dañito en los dedos. Él, con la mano izquierda sostiene el pañito con el asa, mientras con la derecha remueve la salsa para que quede uniforme. Yo a su lado izquierdo, observándole cómo lo hace. De repente, veo humo. Y una pequeña llama de color amarillo vivo sale del pañito. El fuego de la hornilla había prendido el pañito y él no se había ni dado cuenta. "Que te quemas!!" le grité, mientras él del susto... ME TIRA EL PAÑITO A LA CARA!! Con mi innata agilidad pude esquivarlo a tiempo de lo que podía haber sido una catástrofe. Al final acabé apagando el paño con vasos de agua. Vaya susto! Y vaya risas!

La vida erasmus es que se vaya el agua en tu casa. Y la vida quiso que se fuera un viernes noche. Llamamos al casero el sábado por la mañana y dijo que hasta el lunes no podía venir (y una polla, los fontaneros de urgencia vienen cuando se les llama). Casualidades de la vida, el fontanero no pudo venir el lunes. Finalmente vino el martes, arreglando lo del agua. Y vosotros os preguntaréis, ¿y estuviste desde el viernes sin ducharte? No amigos. Fui al supermercado y me compré botellas de agua mineral. Estuve durante 3 días como un puto amo, o fucking master. Me estuve lavando mis partes nobles (o mis huevos, como prefiráis) con agua mineral. Ni Emilio Botín, señores!!!

La vida erasmus es volver a hacer un planning semanal en tu casa. Viendo que en el suelo de la cocina hay más mierda que en el de la calle, optamos por hacerlo. Esta vez, repartidos. Cada 3 días a uno le tocaba una cosa. Cocina, baño, corredor y basura. Pero los... cómo decirlo por si pueden leer esto y usan el traductor... loh peazo de guarroh der zú de Italia que biben conmigo, decidieron que ellos no vuelven a coger un mocho en esta casa. Argumentan que tiempo atrás no se respetaron los turnos y que sólo limpiaban ellos (jajá) y que ya no limpian más. Mi pregunta fue: "Osea, ¿que si hay una mierda en medio de la cocina no la vaís a limpiar?", su respuesta: "¿Yo que soy tu filipina?". No guapa, lo soy yo... no te jode.

La vida erasmus es estar viendo a las 2 de la mañana a 3 metros sobre el cielo y aparecer una araña, que más que una araña era un cangrejo, aproximadamente a 3 metros pero de mi cama. Y la hija puta se paseó por mi almohada como la que iba por el rastro. Tras matarla, tuve que cambiar de sábanas y todo, del asco que me dio. Entre pasar calor y tener insectos en mi cuarto, opté por lo primero y cerré la ventana.

La vida erasmus es salir a correr por Roma y llegar hasta el Coliseo. El pasar corriendo por ahí, casi desfondado, todo hay que decirlo, no tiene precio. Saber que hace dos mil años ahí se montaba la de Dios y ahora yo paso corriendo con la cara colorá. Lo que es la vida. Pero eso sí, muy bonito.

La vida erasmus es ir a casa de tu amiga retrasu a comer un risotto, con un día bastante soleado fuera, para que antes de la comida se líe a llover y caiga un rayo... amigos, rayo se queda corto. No sé cómo llamarlo... rayaco! No tampoco... rayón! No... RAYONACO!! Un rayonaco... que sonó como si el mundo se hubiera partido justo al lado nuestra. Increíble. El ruido del infierno era. Menudo susto nos llevamos!

La vida erasmus es volver de tu finde en Madrid y encontrarte que no hay agua en casa. Otra puta vez. Resulta que se fue el domingo, el día antes a que mi compañero y yo volviéramos de viaje, por lo que en casa sólo estaban los der zú guarroh como serdoh. Y no llamaron. ¿Pa qué? Dirían. Pero es que lejos de su avispadidad (menuda palabra me he inventao) de no llamar al casero diciéndole que no había agua, lo que hicieron fue de traca. Agárrense que vienen curvas. Mi compañero me dice ve al baño común y mira el regalito que me han dejao. Yo, extrañado, voy al baño, observo a mi alrededor. Todo normal. Abro la taza del water y... cha chaaaaaan! un mojonaco como mi antebrazo de grande. Los peaso de guarroh habían cagao, y ni se preocuparon en eliminar el mojón. El que lo echó (no sé si él o ella) se despreocupó en coger agua (en la calle hay fuentes o en el super venden botellas) y echarle un cubo. No... es mejor dejarlo ahí. A la vista de todos a modo presente de Navidad. No llevaba firma. Pero para mí ponía: "Ahí queda eso".

La vida erasmus es volver a lavarte los huevecillos con agua mineral durante 3 días. Lo que tardó el fontanero de nuevo en venir a arreglarlo. Que yo ya no estaba molesto por tener que gastarme dinero en agua, sino en que podía mal acostumbrarme a eso. Y luego a ver quien es el guapo que me quita ese capricho. ¿Sabéis plebeyos, el gusto que da lavarse los dientes con agua mineral y tirarla como si nada?

La vida erasmus es ver como tu compañero de piso, abre tu armario de la comida/cosaspersonales en toda tu cara y coge un plato de plástico y servilleta. Sin preguntar, claro. Con dos cojones. Sírvase usted mismo.

La vida erasmus es ver como todas las mañanas salía un líquido negro de debajo de tu frigorífico. Como aquí el último que limpió ha muerto con 104 años, pues acabas viéndolo hasta normal. Te sientes raro si no ves tu amado liquidito por la mañana. Un día, harto, decides con tu compañero italiano (el limpio) de limpiar la cocina de arriba a abajo. Quitamos todas las cosas del frigorífico. Lo lavamos bien. Pero un olor a podrido nos invadía. ¿De dónde proviene? Nos preguntábamos. Hasta que decidí quitar el tablón de debajo y... nos encontramos con esto...

Mirad lo que había debajo del frigo...

¿Os podéis hacer una idea de cómo olía eso? Mi compi con la camiseta a la altura de la nariz. Yo con arcadas, apunto de vomitar. Me tuve que poner una pinza de la ropa en la nariz porque eso olía como si se hubiera muerto alguien ahí abajo. Salieron arañas a punta pala. Tremendo. El tablón así estaba...

Lo tuvimos que limpiar en el baño a manguerazo limpio. Lo más asqueroso de mi vida. Si mi madre me hubiera visto...

La vida erasmus es que mientras teníamos la cocina patas arriba limpiando, y viendo la de mierda que había, aparecieron los guarroh der zú, y preguntaron: ¿Qué hacéis? Pues footing, no te digo. ¿No ves que limpiando? Dijeron ahhh!! ok, ok... tiraron algo a la basura y se metieron al cuarto. ¿Pa qué iban a preguntar si necesitábamos una mano?

La vida erasmus es llegar a tu casa un sábado por la noche para ducharte e irte rápido porque había quedado y que mientras estás en la cocina hablando con tus compis... plum! se vaya la luz. Otra cosa de las tantas que se va en esta santa casa. Menos loh guarroh aquí se va todo. A oscuras, vas hacia la caja de luces. Le das a todos los botones. Pa'rriba, pa'bajo. Ahí no viene la luz ni a tiros. Tras cinco minutos conversando entre todos tus compis, oyes que el Ortega Lara está en su cuarto pero no ha salido a ver por qué no hay luz. Yo me lo imaginaba sentado en la cama con un palo en las manos. Muerto de miedo. Sin querer salir por si alguien le atacaba. Salió al rato diciendo que no había salido antes porque estaba hablando por teléfono en el balcón. Ya ya... Al final volvió tras tocar en los contadores.

La vida erasmus es ir al Vilada, un mega parque que hay en Roma donde la gente suele ir a hacer picnics y demás cosas. Fuimos y habían varios organizando juegos. Fuimos y el juego consistía en que unos eran ladrones y otros policías que tenían que encontrarlos en cinco minutos por todo el parque... en fin... nada gracioso, lo bueno vino que uno de ellos tenía un megáfono, por el que avisaba cuando acababa el juego. Una de las chicas italianas que había por allí estaba triunfando entre mi grupo de amigos, por lo abultado de sus labios y pechos. Yo, ni corto ni perezoso, le pedí el megáfono al italiano, y, os juro que dije lo siguiente dirigiendo el megáfono a la chica: "Vaya labiacos... cómo la tienes que chupar pedazo de zorra!!!". Mis amigos soltaron a reír a carcajadas. Los italianos no entendieron ni mijita. Decían que qué había dicho. Nada... una tontería!

La vida erasmus es salir de fiesta una noche en la que no había fiesta organizada, por lo que acabamos hablando con un RRHH que quería cobrarnos a mi amigo y a mí 15 pavos para entrar a la disco para dejar pasar gratis a las diez chicas que venían con nosotros. Entonces, saqué mi inglés para empezar a camelármelo. Le dije que era polaco (¿?) y que me llamaba Josh. Él me dijo que como Joshe Mourinho. No me hizo ni puta gracia. Le dije que era del Barça. Tras 15 minutos hablando de a saber qué (porque no me acuerdo, básicamente) me dijo que las diez tías gratis, mi amigo y yo 15 pavos. Le dije en un inglés fluido borrachíl: "Te voy a meter a diez tías en tu garito... ¿me vas a cobrar a mí y a mi amigo? Eso está muy feo tío..." Al final entramos todos gratis. Menudo palique le metí. Lo único que quería a cambio, me dijo, era hacerse una foto con las diez. Vaya RRHH...

La vida erasmus es pillarnos un pedal del 15 esa noche. Y acabar volviendo a casa andando por Piazza Venezia, donde había una muestra del armamento militar italiano. Helicópteros, tanques, mastodontes tira cosas... todo repartido por ahí. Mister X cogió y se bajó los pantalones delante del tanque, y me dijo: "Hazme una foto". En lo que la hacía, vino un megapetado militar italiano con una AK-47 en la mano y con un pasamontañas que sólo se le veía los ojos, diciendo que o e subía eso YA o la AK le iba a decir algo. "Ho capito, ho capito..." decía mister X mientras se los subía. Para la posteridad quedará esa foto en calzoncillos delante de un tanque italiano.

La vida erasmus es salir casi sin planearlo a la Sky, una disco que ni fu ni fa, para acabar convirtiéndose en una de las noches más locas de tu erasmus. La que se lió allí fue pequeña. Increíble. Retrasu aún está enfadada porque le robaran su chaqueta.

La vida erasmus es que papafrita me dijera que yo era de Sevilla, con mi consiguiente enfado. "Yo no soy un mi arma" le decía, "Pídeme perdón". Como penitencia, recorrió el paso de peatones de al lado del monumento de Vittorio Emmanuelle de rodillas. El del coche que nos esperaba aún está flipando.

La vida erasmus es que la noche en la que el Barcelona ganó al Madrid 0 a 2 en la Champions, se saliera a la discoteca Ametista, y que acabara potando hasta el apuntador. Campanilla potó en medio de la discoteca. A partir de esa noche la discoteca se acabó llamando "Ametista, lo mismo poto de pie, sentao o en el medio de la pista".

La vida erasmus es ir por la vía del Corso buscando un bañador como locos para ir al Evento Nazionale. Entramos en una tienda, íbamos Mister X, médico y yo. Mientras observábamos los bañadores en la percha, la dependienta se le acerca a Mister X y le dice "naijelpiu?", pero muy rápido. Mister X le dijo: Ehn? y ella respondió: "naijelpiu?" de nuevo muy rápido. Mister X nos miró y dijo: ¿Qué le pasa a esta en la boca? ¿Qué dice? yo entre risas le dije: "Te está diciendo Can I help you?" Y dijo Mister X: Ahhhhhhhh coño!! Pues que lo diga bien joder!! CAN-I-HELP-YOU". "No sabemos inglés" le decía a la dependienta en italiano, que se marchaba al mostrador viendo como Médico se reía de toda la escena y yo casi no podía ni aguantarla. Para rematarlo, no compramos nada y nos despedimos con un "Good bye".

La vida erasmus es salir a cenar con tus amigos y los amigos visitantes de gondolero que habían venido a ver la ciudad. Después de la cena, estás contándole la anécdota contada en La vida erasmus parte VII (Semana Santa), la de la catalana hijaputa. Como gondolero es de Badajoz, pensé que ellos también lo eran. Así que empecé a soltar improperios sobre los catalanes. Que si vaya guarra catalana... que si catalana tenía que ser... Para luego en el bus preguntarles a una de las parejas: "Vosotros, ¿de dónde sois exactamente?" - "De Barcelona", respondieron. FAIL. Pues que bien os he tenido que caer, pensé para mí mismo.

La vida erasmus es liarla mucho en la última fiesta ESN. Es la última a la que van todos. Viene gente que hasta tiene un examen dos días después. Comienzas a beber ya en el metro. Camino de la disco pasas por el estadio Olímpico donde hay mucha gente para un concierto. Delante nuestra había un grupo como de unas 15 niñas cantando en inglés, por lo que deduje que eran americanas. Así que empiezo a gritarles: "Perras!!", ninguna mira. "Zorras!!", tampoco. Me crecí. "Cómo la tenéis que chupar pedazo de perras!!" nosotros nos despollábamos. Los animaba a que les gritara como yo, mientras seguía diciéndole cosas. Hasta que llegamos a un semáforo y nos juntamos ambos grupos y les oigo hablar... en español!! Y mejor que yo!! No sé quienes eran más tontos si ellas por no decirme nada o yo mismo.

Luego en la fiesta, se lió parda. Hay cosas que no puedo contar ni por aquí. Memorable fue. Piscina a las 3 de la mañana. Tubos que echaban espuma. Conoces a gente nueva en esa última fiesta, que te sorprendes... y es que eso es lo que tiene Roma que hay mucha gente aquí y no los conoces a todos. Ya a la vuelta es cuando más la lías. Llegamos a Termini, la estación central de Roma. Por allí pasan más de un millón de personas al día. O más. Me dijeron que me caí y me revoleé por el suelo y todo. Yo no me acuerdo. Íbamos camino del metro hasta que di con la mano a una señal de tráfico de bus donde ponen las paradas y eso. Seguimos adelante y oigo un ruido muy grande de algo cayendo al suelo. Me vuelvo, y veo la señal en el suelo, mientras todos nos miran. Salimos corriendo de allí y nos metimos en el metro.

En el metro iba con "médico" que iba fino fino mandarino. Ya con arcadas desde el bus de antes. Le animo a potar en medio del metro, mientras todos nos miran porque estábamos gritando mucho. Casi lo consigo. Sólo echó un par de gapos de los reflujos que le venían pero poco más. Menos mal que no lo hizo, porque en la siguiente parada se montaron dos Carabinieris que si llega a haber potado le hubieran metido de palos hasta en el DNI. Que no llevábamos ninguno de los dos, así que nos hubieran metido en la cárcel seguro.

Y bueno, esto es todo lo que puedo recordar de anécdotas durante este tiempo que no he escrito. La vida erasmus para mí, termina el 3 de agosto. Por lo que ya volveré a escribir por entonces (espero que antes de irme) para hacer la despedida final a estos 10 grandes meses repletos de cosas inolvidables. Saludos.