En mi llegada a Londres me esperaba en la puerta de llegadas mi amiga Lucía. Dos años y medio sin vernos desde aquél día en Coníl y tuvo que ser en el aeropuerto de Stansted en Londres. Lo que es la vida. Nos tomamos unas papitas y nos contamos rápido como nos iba la vida en 45 minutos, el tiempo que tenía para coger el bus para el centro. Lucía, aún recuerdo como te hacía desde el bus gestos diciendo lo apretado que iba y como tú pasaste de mí y te volviste y te fuiste sin decir nada. Imagino que no me verías lo que te hacía por el cristal.
Llegada a Londres y a ver un poco la ciudad. En la Plaza Trafalgar ocurrió uno de los momentos del viaje. Pablo intentó subir a uno de los leones, pero se daba impulso y no lo conseguía. La gente de alrededor lo veía y se comenzaba a reír mientras lo intentaba. Yo lo veía sin parar de reírme. Cuando por fin se subió, sus piernas se abrieron a más no poder y su cara reflejaba el dolor del momento. "No me he abierto más de patas en mi vida" decía él mientras se bajaba tras hacerse la foto.
A mí no se me ocurrió otra cosa el día de antes que irme a jugar al futbol y bastante desabrigado, por lo que cogí mucho frío y empecé a notarlo en Londres. Vaya tos de perros que me venía. Por la noche, con la nariz tapada y el pecho cogido dí un auténtico concierto. Mi amigo, con el que dormí, me dijo que me tuvo que dar un codazo a media noche porque: "Te estabas saliendo del pellejo io. Estabas cantándole a Cai con la mano levantá y to". Con dolor en el pecho, decidí ir al médico allí. Me quedaban muchos días por delante y quería estar bien.
Entré en la consulta y me sorprendió como van allí las cosas. Entras, rellenas un papel y esperas 15 minutos a que te llamen. Y ya está. Ni tarjeta sanitaria, ni dinero ni na de na. Entré con Pablo, que él sabe inglés mejor que yo, por si algo se me escapaba. Le dije a la médico lo típico, que tenía tos y mocos y tal. Pero lo gracioso vino cuando ella me preguntó si dormía bien, Pablo quiso pegársela con un chiste y le dijo: "Sí que duerme sí... que yo he dormido hoy con él", la médico no se rió, se pensó que éramos gays. "¿Qué os quedáis en un hotel los dos?" nos preguntaba la tía. Vaya cortazo.
Debajo del Big Ben pude hacer un video sobre algo que siempre he querido. Preguntarle a alguien qué hora es. Hicimos uno con un hombre que me dijo que mirara hacia arriba, pero salió mal. El segundo quedó más sosito, pero moló igualmente.
Llegó el domingo y partí hacia Praga. Mi amigo Carlos, que está allí de erasmus, estaba avisado de la hora a la que llegaba, 23.40 h. ya que se lo dije por Facebook. Me esperaba una semana por todo lo grande. Ya en el avión tuve los primeros tintes de lo que sería Praga. Se me sentaron al lado una chica mulatita y una rubia pequeñita, que se puso a buscar algo por el suelo dejando ver su tangazo a la altura de los sobacos. Intenté no mirar, pero es que era imposible. Y no sólo se agachó una vez, sino un par de ellas. Yo ya no sabía si lo hacía adrede o no. Y para más colmo, a mitad del viaje se quita la sudadera y deja ver su escotazo. Y así se quedó plácidamente dormida, mientras le miraba de reojo a lo mister X.
Medio cachondo y medio dormido, llego a Praga. Casi las 12 de la medianoche y muerto de hambre. Llego a la puerta de llegadas esperando ver a mi amigo fuera como Lucía hizo. Pero Carlos no estaba. Salí fuera. Carlos no estaba. Pensé que quizás se estaría retrasando así que lo esperé mientras me comía un kebab. 15 minutos después Carlos seguía sin llegar. Lo llamo, no contesta. Bien, con dos cojones. Le envío un mensaje. Lo vuelvo a llamar. Nada.
Llamé a mi amigo Pablo, que había ido antes que yo a Praga y le pregunté si tenía el móvil checo de él, pero no hubo suerte. Le colgué entre sus risas por ver que Carlos me había dejado tirado y probé a llamarle de nuevo, ésta vez sí me lo cogió.
- Carlos!!!
- Eyyy!! Qué pasa pichita?
- ¿Dónde estás?
- En Cádiz...
- ¿Cómo?
- Uy no!! que se me ha ido la pelota... jajaja. Estoy en mi residencia.
- ¿En tu residencia?
- Sí, ¿y tú?
- En el aeropuerto cabrón!!
- ¿En el aeropuerto? ¿Pero tú no llegabas mañana?
- Pues se ve que no picha... que estoy aquí.
Me dijo el bus que tenía que coger y donde bajarme. Pensé pagar el bus, que eran 25 coronas, yo iba con mi billete de 2000 pero una guiri antes que yo le pagó con el mismo billete y el tío le dijo que no tenía cambio así que le dio de menos. Para mí mismo pensé que le iba a pagar un guardia. Así que me quedé sentaíto agradeciéndole a la guiri que fuera antes que yo y que no me costara 500 coronas el billete. Llegué a Strahov y el paisaje que me esperaba a la 1 de la mañana era el siguiente.
Llegamos y estaban dos colegas suyos y una checa. Estuvimos un rato charlando y tal. La checa me ofreció un trozo de bizcocho que decidí probar y al que pronto decidí dejar también, puesto que estaba más seco que el coño de una monja. Seguimos charlando mientras la checa se apoyó sobre las piernas de uno de los colegas y le hablaba muy cerca a la cara. Yo, con mi apurada técnica de mirar de reojo aprendida del señor X, los observaba. Él le tendió el dedo índice mientras ella lo chupaba con la lengua haciendo círculos. Yo me estaba poniendo cachondo, no quiero ni imaginar como estaba él. Decidimos irnos y al despedirme de ella me dio uno de los besos en la mitad de la boca. Joder, este viaje apuntaba muy alto.
La checa nos volvió a parar en la puerta. Pedía 25 coronas por quedarme yo a dormir. Aunque tras darle mucho la vara nos dejó pasar. Entré en la residencia de mi amigo y... joder!! Mi colega Pablo me había avisado que me esperara para lo peor, pero había que verlo. Eso era la cárcel.
En uno de los puentes que pasa por el río, íbamos andando cuando observó a un muchacho con una camiseta de Haze. Para mí mismo me dije: "Joder, un tío con la camiseta de Haze", pero cuando lo tuve al lado me flipé, no era un tío con la camiseta de Haze. Era Haze!!
- Haze, ¿cómo está tu perra de la leucemia?
- No es una perra... es una gata.
Sorprendidos aún por el encuentro, nos fuimos a comer. Carlos me llevó al mejor costillar que habrá en el mundo. La mejor comida de mi vida. Sin pensar malamente claro.
Y es que una de las cosas que más me han llamado la atención es lo altas que son las checas. En una de las discotecas estábamos ahí pegándonos unos bailes cuando aparecen dos tías de metro noventa a cada cual más buena. Fue llegar y empezar a bailar a lo fama mientras sonaba de fondo Loca, loca de Shakira. Una de ellas empezó a rozar su culo contra mí mientras bailaba. Uno de los colegas de mi amigo me dijo que hablaba italiano. Era mi oportunidad. Vi que llevaba una bandera de Italia pintada en la cara. Intenté acercarme de nuevo a ella, pero una barrera de unos 15 tios me lo impedían. Toda la noche me llevé buscándola, sin suerte. Hasta que volví a dar de nuevo con ella y esta vez me hice sitio y la abordé de frente hablando en italiano con ella.
- ¿Eres de Italia?
- No, ¿y tú?
- ¿De dónde te piensas que soy?
- ¿Eres de Italia? -decía ella sorprendida.
- Claro!
- ¿De qué parte?
- De Roma. Y tú, ¿de dónde eres?
- De Praga.
- ¿Y cómo sabe una chica de Praga tan bien italiano?
- Porque mi novio es de Venecia - Otro FAIL.
Quería hablar también de como vi la final de Copa en un sitio llamado Sport Bar, un garito que está pasando los Cabarets famosos de Praga, donde los RRHH te avasallan para que entres, por supuesto me hablaron en italiano para que entrara. "Que no soy italiano coño!!" les dije en italiano... yo también es que soy tonto. El garito no es que tuviera humo, no. Es que prácticamente estaba en llamas. Increíble. De la final poco que decir... que me llevé otro FAIL al cantar el gol de Pedro, que fue en fuera de juego y que tuve que aguantar la victoria del Madrid.
Estábamos por la tarde en el cuarto de mi colega preparándonos para ir al gimnasio y mientras él bebía agua yo le pregunté que qué íbamos a cenar. De repente, él empieza a toser y a echar toda el agua que se estaba bebiendo al suelo en modo pota. Entre risas le dije que qué hacía! Él se cagó en todo por no haberle dado en la espalda mientras tosía y que sólo me riera. Perdón Carlos, pero es que fue muy bueno.
Mención especial al baño del martes. Los baños de la carc... de la residencia, son comunes también y un día nos duchamos a la vez mi colega y yo (pero en duchas separadas, que conste) y yo le deleité con una cancioncita de Pablo Alborán, puesto que mi amigo es muy fan de oírme cantar. La canción en cuestión fue Cuando te alejas. Terminé de cantarla y se oyó una voz que no era de mi amigo, que dijo: "Qué bonito!!". Alguno que estaría cagando por ahí le hice más amena la cagada. Eso que se llevó.
Lo que es un no parar son las tías buenas en Praga. Es que pasaba una tremenda, pero es que detrás venía otra aún mejor y así una detrás de otra. Ahí surgió una de las frases del viaje cuando le dije a mi amigo: "Joder tío... pero si es que nunca se acaban".
En otra de las fiestas en Praga vi a una tía que el adjetivo de guarra se le quedaba corto. No es que fuera regalada, es que estaba de saldo. Una china iba con un vestido rojo corto que no dejaba nada a la imaginación. Comenzó por enrollarse (si es que a eso se le puede llamar enrollarse) con uno en las escaleras que entraban hacia la zona de baile. Ahí estaban los dos metiéndose mano, rozándose con todas y cada una de las partes de su cuerpo. El uno contra el otro. Yo iba y venía dando vueltas por la disco, pues no paraban ni un segundo y seguían. Ya a lo último, el tío le levantaba el vestido metiéndole mano por debajo mientras ella metía la suya por dentro del pantalón y movía la muñeca agitándola como si moviera un yogur para comérselo líquido. Incluso por un momento, ella cayó al suelo de espaldas y él se abalanzó sobre ella con el miembro abultado en su pantalón. Todo un auténtico espectáculo. Que no quedó sólo aquí. Luego estaba un colega y yo sentados en unos sillones, y la china estaba sentada un poco más hacia allá al lado de un rubio (diferente al de antes) y ahí, sin oscuridad ni gentío, le cogió el paquete y empezó a sobárselo mientras ponía cara de viciosa del porno. Tal y como os lo cuento.
El último día quise quemar Praga dándolo todo. De hecho, di un concierto cantando una Spanish Saeta en inglés. Lo hubiera subido pero mi móvil no sé por qué no me deja. Cuando lo haga lo subiré y podreis verla. Memorable.
Esa noche entramos a una discoteca de 5 plantas. Planta en la que entrábamos planta llena de rabos. Habría una tía por cada 20 tíos. Sin exagerar. Allí nos tomamos el Death's shot o chupito de la muerte. Un chupito que nos quemó en nuestra cara con fuego y que al tomarlo nos quemó el hígado, a lo que luego nos hizo aspirar por una pajita no se qué coño que eso ya nos mató del todo.
Allí nos encontramos con una catalana a la que desde aquí quiero saludar. Una catalana que no sé su nombre (porque ella así lo quiso). Una catalana muy simpática. Me la encuentro de casualidad, y para una tía que me encontraba por allí le dije algo en inglés. Enseguida noté que era española y le dije que yo también lo era. Se sorprendió que así fuera y nos hicimos varias fotos juntos sonriendo de super colegueo. Entonces me acerqué a su oído y le dije:
- Ahora dame tu facebook y así podré ver las fotos.
- No... -mientras se alejaba de mí.
- ¿Cómo que no? -le pregunté mientras la cogía del brazo.
- Que no te voy a dar mi facebook! -contestó con el acento catalán ese tan bonito.
- Entonces... ¿esas fotos no las voy a volver a ver?
- No -respondió con una sonrisa maliciosa en la cara. Esperé dos segundos. Le sonreí plácidamente. Me acerqué lentamente y le dije:
- Pues disfruta las fotos... ZORRA!
En otra de las salas me vi a una rubia que miró a mi amigo de manera lasciva. Le dije la socorrida y útil frase para romper el hielo: "¿Conoces a Carlos?". La guiri le dio dos besos, entonces me acerqué y le dije: "En España, nosotros damos un beso en la boca", y ni corta ni perezosa le comió todos los morros a mi amigo. Los amigos de ella reían de incredulidad. Entonces mi amigo le dijo que tenía que hacer conmigo lo mismo... y lo hizo. Al rato, mientras nos alejábamos entre risas mi amigo me dijo: "Es como si me hubieras comido la boca a mí tío... sabía que esto algún día tenía que pasar".
Esto acabaría aquí, de no ser porque en la vuelta pasó algo de mención también. Volé con Wizzair hacia Roma y en la puerta se puso una tía a pasar todas las maletas por el cacharro ese con las medidas. Todas sin excepción. Yo sabía que la mía no pasaba, o si pasaba estaba muy justa. Cuando me tocó a mí, la puse y nada, no entraba ni un poco, cosa que me extrañó porque la mía antes entraba, o el cacharro estaba trucado (seguramente) o había engordao mi maleta (cosa poco probable). Así que la tía me puso una pegatina a la maleta y en mi hoja de embarque me puso la palabra BAG. Y me mandó para el mostrador donde estaban pagando todos a los que les había pasado igual que a mí. Pero yo, gaditano y erasmus, fui más listo e hice lo siguiente. Mientras me dirigía hacia el mostrador con los 10 tíos haciendo cola para pagar, en esos dos segundos cogí y los esquivé y pasé por al lado y me metí corriendo por la puerta y entré en el bus que llevaba al avión. Allí hablé con uno de los que habían pagado y le conté lo que había hecho. Me dijo que quitara la pegatina a la maleta. Así lo hice. Y la parte donde la tía me había puesto BAG la recorté con los dedos. Ahí no había pasado nada. Luego al entrar al avión, todas las maletas con pegatina las dejaban en la entrada, a modo castigo, mientras yo la metí dentro. Y joder... o mi maleta adelgazó o no sé qué pasó, pero entró en el compartimento de maletas de mano igual que un guante. Menudos estafadores. Menos mal que fui más listo que ellos.
En fin, que han sido unos 10 días geniales. No he contado todo lo que ha pasado porque hay cosas que, o son muy largas o no se pueden contar, en la vida siempre hay algo que guardarse para uno mismo. Y es que la vida erasmus... es muy dura. Ay! y tanto!