Lo que no hay que hacer en una entrevista de trabajo

Sí, lo sé, el Blog últimamente tiene menos movimiento que un Teletubbie en una cama de velcro. Pero es que mi vida en las últimas semanas ha sido movidita. Entre otras cosas, me he venido a vivir a Amsterdam a buscarme la vida, ya que mi país no me proporciona los medios ni esperanzas para poder buscar mi primer trabajo después de acabar los estudios. Hoy justo hace un mes que me vine. Y he hecho una entrevista de trabajo, que dió lo suyo para ser contada. Os voy a contar lo que he aprendido de ella.

La empresa para la que lo hacía era Tomtom, el trabajo me enteré que existía gracias a que un día fui a Randstad y me dijeron que buscaban españoles para Atención al cliente. Así que tras hacer mi primera entrevista telefónica en inglés en mi vida por más de 30 minutos y pasarla, me solicitaron para la personal el día 14 de marzo. Tras 10 días preparándome la entrevista, leyendo cosas en internet y tal, allí me planté.

La noche de antes ni dormí apenas por los putos nervios. Y a las 7.25 h ahí estaba yo dándome una ducha y poniendome mi traje recién comprado (y timado) en el Corte Inglés antes de venirme. Mi corbatita, mi chaqueta y mi abrigo negro. Hala! Vamos allá.

Ya en el tranvía me pasó algo que hacía presagiar que ese día muy bien no me iba a ir. En la parada en la que tenía que pararme el tranvía no paró. Sólo el conductor sabrá por qué. Así que bajé una siguiente. Cuando encontré el edificio de Tomtom, entré y me pidieron que me sentara en la sala de espera. Allí habían unas 7 personas esperando, y se produjo mi primer contacto con mis rivales. En toda entrevista que se precie este momento llega. Cuando te miras a los ojos con tus contrincantes por el puesto. Y se produce esa tensión entre todos cuando te miran, porque ellos también piensan lo mismo que tú. "Otro hijo puta más con el que luchar".

Cuando por fin os llaman, os meten a todos, 9 en total, en el ascensor y os suben a la sala donde haréis la entrevista. Te sientas y observas mejor a los aspirantes. Por un momento te sientes en "El aprendiz" y te acuerdas de lo aprendido. Describiré a los solicitantes.

1. Holandés, unos 22 años. Pelito de punta, camisa azul desabrochada y por fuera con vaqueros. Sentado recostado como el que está en el cine y con actitud chulesca. Fue el primero en hablar y tembló como un bebé con frío. Luchaba por el puesto en inglés. Yo creo que no se lo llevó.

2. Francesa, unos 26. Pañuelo, camisa y pantalones de hippie. Muy despeinada, vamos... que esa mañana no se peinó. Muy callada todo el tiempo. Única en su puesto. Fijo que se lo llevó.

3. Eslovena, unos 27. Muy profesional, bien arreglada y habló muy segura y correcta. Luchaba por el puesto en alemán. Yo creo que se lo llevó, aunque disputado.

4. Brasileña, unos... ¿? De cuerpo aparentaba 25 y de cara 50. La típica que ves de espaldas y dices: Hostia!!! y luego de cara y dices: Puaaaaj!! La notaba empanada como ninguna. Luchaba por el español y el portugués a la vez. Creo que la cogieron para el portugués, ya que no había nadie más.

5. Mexicana. Unos 27, muy bien arreglada y habló peloteando a la compañía todo el tiempo. La hija de puta ésta (y me da igual si descubre este blog y que hablo de ella) competía conmigo por el español, y creo que se lo ha acabado llevando, luego diré por qué.

6. Sueca. No sé que hacía allí. Regordita, pelo corto, vestida como si fuera a tomar algo al medio día con una amiga. Parecía fumada, al presentarse lo único que resaltó fue que todos y cada uno de los que estábamos allí éramos de un sitio diferente y soltó una risa. Si la cogieron que se preparen.

7. Americano. 30 y pocos. Enchaquetado, actitud profesional. Correctísimo. Luchó por el puesto en inglés. Si se lo dieron al holandés sería pa flipar. Me recordó a uno del programa "El aprendiz".

8. Alemán. 24. Bien vestido y correcto también. Tembló mucho al hablar y no paró de decir: ehmmmm, ehhmmmm... mientras pensaba.

La tía que nos hacía la entrevista, sólo hizo que preguntar por qué elegimos Holanda para trabajar, y cuando alguno le decía que vino por amor, soltaba un: "aaaaaaay!" acompañado de un "bienvenido al club" mientras suspiraba de amor por su novio holandés. Como enamorada que estaba, iba tonta tontísima, luego explicaré también por qué.

Como he dicho, nos hicieron presentarnos. Algo común. Aquí lo que hay que hacer principalmente es no temblar como niñitas, como el chulito holandés que seguro que en las discos mientras le entra a las niñas no tiembla ni decir: ehmmm ehmmmm todo el rato, porque pareces subnormal. Aquí hay que aprenderse de memoria lo que vas a decir, e intentar decir algo diferente a los demás. Como te llamas, de dónde vienes, qué has estudiado y qué te ha movido a trabajar allí y por qué. Un poquito de peloteo no viene mal, pero básico decir algo diferente. Aún recuerdo cuando en una entrevista para el Santander 10 antes que yo dijeron que querían trabajar para ganar dinero y yo dije que tenía un niño que mantener, que se llamaba Vodafone y como todos se rieron, y al final acabaron llamándome a mí. Ellos ya no se reían tanto.

En fin, tras todo esto, nos dieron dos tests, uno técnico y otro gramatical, para hacer. Y la tonta-enamorada de la entrevistadora se piró y nos dejó ahí. Uno lo hizo lo mejor que pudo, pero ví como la hijaputa mexicana cogió su Iphone y empezó a buscar las respuestas por internet. De hecho, en el gramatical, que teníamos que responder a un email de un cliente con un supuesto GPS que nunca tuvimos en la mesa, su Iphone "habló" como un GPS diciendo: "A 200 m. gire a la derecha", mientras sonreía como una mala víbora y pedía perdón a todos. Vamos, además de pelota e hija puta, tramposa.

La sueca aquí habló en alto con su tono de fumada diciendo que no teníamos el GPS, que cómo hacíamos el test, y que ella se negaba a hacer nada. Yo para mi adentros aún me preguntaba qué hacía allí una tía como esa. Cuando tras casi una hora, la tonta-enamorada volvió y preguntó si habíamos terminado, se dió cuenta que no estaban los GPS y puso cara de sorpresa. "Perdón, esto nunca había pasado", claro chocho... lo que tú digas.

Terminamos todo y nos dieron una vuelta por las instalaciones. Nos enseñaron cómo trabaja cada equipo. El italiano (todos hablando muy alto y gesticulando), el francés (hablando bajito y concentrados) o el español (todos hablando entre ellos y ninguno trabajando mientras nos señalaban entre risas). Y nos volvieron a meter a todos en el ascensor para llevarnos al comedor. Yo, apretao como un dedo en el culo, estaba justo en la puerta, y cuando ví que se abrieron, salí... y tras dar dos pasos ví que nadie me seguía y que todos estaban dentro mientras me miraban como diciendo "¿dónde vas picha?" yo intenté entras mientras las puertas se cerraban, pero la brasileña puso la mano, jugándose su operado pellejo, y logró abrir la puerta a lo justo. Si se hubiera cerrado a saber cómo descubro yo la planta a la que iban. Otra señal que el trabajo no estaba pa mí.

Ya en el comedor, esperamos a que nos llamaran para la entrevista personal. Y la mexicana se acercó a mí. Yo me dije para mí: "Afuf..." y empezó a preguntarme por los tests, yo le dije que bien, y para mí me dije: "No tanto como a tí, pedazo de guarra, que lo has hecho vía online". Entonces me dí cuenta del español que hablaba. Para que os hagáis una idea, como si Jlo o Pitbull hablará... ya tu sssssabe no hay mah ná! Vamos, si la cogieron para el español... buenos iban a ir. La típica que te atiende y te llama "sinior".

Ya por fin me llaman. Entro y empezamos a hablar. Bien, lo que no hay que hacer es divagar y meterte en terrenos de los que no puedas salir cuando te pregunten. Cosa que sí hice yo, todo hay que decirlo. Pero cuando haces una entrevista, y más, en inglés, cuando no es tu idioma, es lógico ponerte nervioso. Básico, según parece, pelotear a la compañía. Me preguntaron dónde me veía en el futuro. Dije la verdad, trabajando para una gran compañía. Que por qué había venido a Holanda, "Para trabajar para una gran compañía", hasta que me dijo que por qué decía tanto una gran compañía, que por qué había elegido Tomtom y no Philips, si le hubiera sido sincero, le habría dicho: "Mira tonta-enamorada... Tomtom porque es la única que me ha llamado. He enviado 50 currículums y lo mismo me da Tomtom que Tamtam". Aquí lo que habría que decir, que siempre has querido trabajar para esa compañía, que desde chiquitito soñaste con currar allí, ¿Que la empresa es Tomtom? Pues todos los GPS en tu casa son de Tomtom, que tú no vas a comprar al Mediamarkt porque el lema de allí es: "Yo no soy Tomtom". Que el que le pone la voz al GPS en español es tu tío. Que en tu casa se lleva mucho los GPS, porque cuando hay potaje ge pee ese, el abuelo y ge pee to er mundo. Y cosas del estilo.

Al final, me han llamado hoy y me han dicho que no me eligen porque no he mostrado suficientemente mi motivación por Tomtom (algo que sí haría la pelota mexicana). Así que ya sabéis lo que hay que hacer. Pelotear. Que parece que con tener motivación para trabajar y aprender no es suficiente. Con decir que mueres con la compañía es suficiente. Así que si querían a una machupichu diciendo "sinior" a los que llamen a la compañía ahí la tienen, que yo por mi parte, estaré encantado de decir: "Yo no soy Tomtom".