jueves, 12 de febrero de 2009

La mente...

Que fácil es viajar con la mente. Puedo ir a cualquier lugar que me proponga en tan sólo un segundo. Puedo revivir momentos pasados... felices, tristes... que siempre están ahí... esperando a que yo los elija para salir a flote. Una mirada... en gesto... un abrazo... están todos.

Cuánto poder tiene la mente. Puedo incluso pensar en situaciones que aún no han ocurrido... pero que con su poder puedo hacerlas realidad. Sitios, personas, situaciones... cualquier cosa que me proponga. Puedo recordar personas que aparecieron en mi vida y que se fueron... personas que aunque ya no estén a mi lado físicamente, están conmigo... porque están en mi mente. Puedo recordarlas y hacer como si estuvieran conmigo. Junto a mí.

Cuánto vale la mente. No hay nada en este mundo que haga lo que ella hace. Con ella puedo volar por encima del mar... puedo sentir el rumor de las olas contra las rocas... e incluso puedo sentir como mojan mi cara... puedo sentir todo eso con cerrar los ojos e imaginarlo.

Pero también la mente es muy traicionera. Sin que tu lo quieras... sin avisar... viene a ella esa imagen que duele. Ese recuerdo de algo o alguien que te hace daño... pero que siempre aparece. ¡¿Por qué?! Sólo aparecen en tu mente aquellas personas que son o han sido muy importante en tu vida... y que te han enseñado algo muy valioso. La mente hace que las recuerdes para que no olvides aquello que aprendiste de esa persona. Hace que no te olvides de aquellas lágrimas que derramaste por un amor que no fue... para que no vuelvas a llorar. Hace que recuerdes a tu familia... para que no te olvides nunca de donde vienes. En definitiva... hace que sigas adelante.

Pero existen recuerdos que no merecen la pena que se queden en tu mente... aquellos recuerdos de atentados, desastres naturales, accidentes, desamores, muertes, dolor... que por desgracia existen y existiran en nuestra vida... y que son muy difíciles, por no decir imposible... de borrar.

Quién no pudiera tener alzheimer para según qué recuerdos... porque para algunas cosas que hay que recordar de esta puta vida, merece la pena vivir en la ignorancia. Pero la mente es muy poderosa... no hay quién pueda contra ella.

5 comentarios:

  1. weee q pasa deca soi misterioso-men na pa comentar jeje y q ya lo leere mas detenidamente weno un saludo y a al mu q pa eso emos venio.

    ResponderEliminar
  2. tienes toda la razón,...pero en tu texto existe la connotación negativa cuando, creo, que debemos estar contentos por poder recordar, ya sean aspectos negativos o positivos, porque esa es la gracia de vivir. Además, pienso que en ningún caso, alguien debería sufrir una enfermedad para no recordar...creo que es algo muy duro para esa persona y para las que le rodean...En fin, un besito y sigue escribiendo así, que yo me sumo a tus seguidores.

    ResponderEliminar
  3. Muchas gracias!! será un placer que me sigas leyendo y tenerte entre mis seguidores! ^^ Un beso!

    ResponderEliminar
  4. Cuánta razón tienes... gracias a nuestra mente podemos imaginar o recordar todo aquello que deseemos... sin embargo, no podemos evitar pensar en aquello que preferimos no recordar... pero yo creo que ambos se compensan, y gana más el poder de imaginar y recordar buenos momentos.

    ResponderEliminar
  5. Ains!! este escrito tiene bastante tiempo! Lo escribí incluso antes de tener el blog jajaja. Si que es cierto, yo pienso que nuestros recuerdos es una de las cosas más valiosas que tenemos, porque son nuestros. Y cuando queramos podemos volver a cualquier tiempo de nuestra vida y volver a revivir todo lo que hemos pasado! =) besitos Sonia!! Grazie por leerme! jajaja =D

    ResponderEliminar